Antes de responder esta pregunta, y por lo tanto dedicar mi tiempo y energía a esgrimir mis argumentos, sopesé bien de dónde podría venir esta pregunta, ya que de un cristiano ortodoxo no podía tratarse. Llegué a la conclusión que debe tratarse de un miembro de una secta herética y como hay tanta gente siendo engañada por estos grupos, que aunque tienen una "Biblia", en realidad lo que tienen es una mutilación de la original, he decidido, por el bien de ellos, de los que podrían dejarse engañar y para la posteridad, invertir tiempo para responder esta interrogante.
Como verán, en la pregunta, el lector parece estar verdaderamente convencido de que "su Biblia" no afirma en ningún lugar que Jesús se creía Dios. De hecho, me reta a que demuestre "con la misma Biblia que él tiene" a que le demuestre dónde Jesús se declaró Dios.
¡Pues allá vamos!
Primero, recordemos que los que escribieron los relatos históricos de la vida de Jesús eran completamente judíos.
Los propios recuentos certifican claramente que la tendencia natural de los testigos fue a ver a Jesús como un tipo de persona especial, con grandes dotes y capacidad de hacer prodigios (para algunos dada por el diablo y para otros dada por Dios). Pero la verdad es que ellos, la inmensa mayoría de los judíos que convivieron con Jesús no pensaban que él representaba la figura mesiánica prometida en Génesis 3, a través del Antiguo Testamento, y mucho menos una divina mesiánica.
Es bien sabido que aun en el grupo más cercano a Jesús había una mayoría que abiertamente esperaba que él fuera algún tipo de líder político militar que le trajera dignidad nacional de nuevo a Israel. Como ejemplos tenemos a Judas, quien lo vendió al convencerse de que Jesús no era lo que él esperaba y a los hermanos que usaron a su madre para intentar ganarse puestos en el reino que Jesús instauraría, etc.
De hecho, en la noche misma del arresto de Jesús, los discípulos llevaron espadas (al menos Pedro), anticipando tal vez que las cosas estaban a punto de "ponerse buenas" y que tal vez Jesús desencadenaría algo político-militar (Lucas 22:38).
También recordemos que a través del Antiguo Testamento, se enseñaba con denuedo que "Jehová es uno" y compararse con Jehová era anatema… castigado con la muerte. Pues como adoradores dedicados de Jehová que eran los discípulos (algunos al menos superficialmente), debe haber sido muy difícil para ellos tragarse algunas de las cosas que Jesús dijo e hizo y que al hacerlo, se atribuía para sí… ¡el atributo de divinidad!
De hecho, en una ocasión, cuando Jesús pudo olfatear sus vacilaciones les preguntó abiertamente "¿Quién creen ustedes que soy yo?", a lo que el más impulsivo del grupo, tal vez sin contar con la anuencia de la mayoría de los otros, respondió algo que equivalió a nombrarlo Dios.
Sobre la deidad de Jesús, el Dr. Vermes escribe "La identificación de una figura histórica contemporánea con Dios habría sido inconcebible para un palestino Judío en los tiempos en que Jesús apareció en el escenario."
Así que cuando este lector nos reta a que usando la misma Biblia que él dice tener, mostremos a todos que "Jesús mismo afirmó que él era Dios", nos hemos sentido motivados, así como por un resorte espiritual a entrar en batalla apologética y responder.
¿Por qué no echamos un vistazo a la evidencia bíblica?
En Mateo 12:6, Jesús dice a los fariseos: "Pues os digo que uno mayor que el Templo está aquí."
¡¿Cuán más grande que el templo se AUTO proclamaba Jesús…!? (recordemos que el templo era el centro espiritual/religioso para los judíos desde su construcción en los tiempos de Salomón). Pues veamos el versículo 8: Refiriéndose a sí mismo Jesús afirma: "el Hijo del hombre es Señor del sábado."
¿Qué? ¡No sólo se autodenomina mayor que el templo, ahora OSA autoproclamarse mayor que lo más sagrado de la Ley… el sábado!
¿Cómo puede alguien ser mayor que el templo en el que se adora a un Dios, excepto el mismo Dios en que allí se adora? ¿Cómo puede alguien ser Señor del sábado, excepto Dios que lo instituyó?
¡El que no entiende que en este sencillo intercambio Jesús se autodenominó el Dios del Antiguo Testamento, el Dios de Israel, el Dios de los cielos… Jehová, debe estar delirando!
Pero continuemos:
En Mateo 23:37, Jesús habla como si Él ha observado personalmente toda la historia de Jerusalén (demostrando nada menos que los atributos de ¡omnisciencia y eternidad!):
"¡Jerusalén, Jerusalén, tú que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, pero no quisiste! Vuestra casa os es dejada desierta, pues os digo que desde ahora no volveréis a verme hasta que digáis: "¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!""
¿Quién intentó hacer esto en el pasado lejano (siglos en el pasado)? ¡Dios! ¡Jesús!
¿Más?
En Marcos 2:1-11, Jesús le dice a un hombre paralítico:
"Después de algunos días, Jesús entró otra vez en Capernaúm. Cuando se supo que estaba en casa, inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra.Entonces vinieron a él unos trayendo a un paralítico, que era cargado por cuatro. Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, quitaron parte del techo de donde él estaba y, a través de la abertura, bajaron la camilla en que yacía el paralítico. Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: -Hijo, tus pecados te son perdonados.- Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales pensaban para sí: "¿Por qué habla éste de ese modo? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?" Y conociendo luego Jesús en su espíritu que pensaban de esta manera dentro de sí mismos, les preguntó: -¿Por qué pensáis así? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: "Tus pecados te son perdonados", o decirle: "Levántate, toma tu camilla y anda"? Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados -dijo al paralítico-: A ti te digo: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa."
¡Jesús los desafió!: No sólo se declaró mayor que el templo en el que adoraban a una deidad (y al él decir que era mayor que el templo, tenía que necesariamente se igual o mayor que la deidad que allí adoraban, sino que se declaró mayor que el sábado, que era lo más sagrado conforme a la Ley de Moisés, y dijo que él era el Señor del sábado… y ahora iba por su noción de que "sólo Dios pude perdonar pecados"… ¡no sólo los perdonó, sino que sanó al hombre al instante, creándoles ligamentos, nervios, tejido, huesos, arterias, cartílagos, piel, sangre, venas, vasos capilares, dermis, epidermis, uñas, etc., etc., etc.!
¿Y dónde se resume su reclamo de deidad? Aquí: "Pero para que sepáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados..." ¡Bam! Soy Dios, y no sólo perdono pecados, sino que tengo la capacidad de crear, igual que creé en Génesis, las partes integrales del cuerpo humanos… como mencionamos antes. ¡Guao!
Hay que ser un ciego espiritual para no ver por qué los religiosos de ayer, como los ecuménicos de hoy querían asesinarlo y lo harían de nuevo.
Hermanos, la implicación que Jesús hizo era más que obvia: Nadie perdona el pecado, sino sólo Dios. Pero del dicho al hecho hay un gran trecho. Pues para que ellos vieran que él no hablaba meras vacuencias, pasó del dicho al hecho: ¡Jesús demostró que tenía la autoridad para perdonar los pecados del paralítico y de como bono extra... ¡lo sanó! ¡Jesús estaba afirmando claramente su deidad!
Pero para no llover sobre mojado, volvamos a Mateo, al final del Sermón del Monte y leamos el capítulo 7, de los versículos 21 al 23. Noten que Jesús habla de sí mismo como el último juez quien tendrá autoridad para negar la entrada en el reino de los cielos A QUIÉN ÉL DETERMINE, cosa que hasta ese momento era prerrogativa sola y exclusivamente de JEHOVÁ (conforme la revelación dada hasta el momento al pueblo hebreo):
En el párrafo siguiente, Jesús dice:
"No todo el que me dice: "¡Señor, Señor!", entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?" Entonces les declararé: "Nunca os conocí. ¡Apartaos de mí, hacedores de maldad!"
Noten que aquí Jesús se coloca en persona y a todo color en el futuro indefinido, vivito y coleando, tomando decisiones, juzgando… y afirma : "Todo el que oye estas palabras mías..." y el día del juicio que celebraré me diga: "Señor, Señor" (refiriéndose al mismo que en ese momento hablaba, o sea a sí mismo), no podrá entrar a no ser que yo así lo dictamine. Pero además dirán: ¿no profetizamos en TU nombre, y en TU nombre echamos fuera demonios, y en TU nombre hicimos muchos milagros?" Entonces LES declararé (o sea, Jesús les declarará en el tiempo del fin - y ya han transcurrido dos mil años!): "Nunca os conocí. ¡Apartaos de MÍ, hacedores de maldad!" ¡Auch!
¿No lee usted eso en su Biblia, estimado lector? ¿O es que la "biblia" que tiene en su poder es la mutilada de los Testigos de Jehová?
Bueno, para no cansarles, lo dejaré ahí. Tenía docenas más de ejemplos tales como Jesús aceptando la adoración en Mateo 21:15,16, que indica que cuando los niños le alababan, en verdad estaban alabando a Dios.
Otro caso es Juan 8:58, cuando Jesús proclamó ante una multitud judía, "De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, Yo Soy," Él estaba reclamando dos aspectos de la deidad para sí mismo:
- La existencia eterna de Dios; y
- El nombre de Dios.
Otro caso, sin entrar mucho en detalles, ya que los lectores de Antesdelfin.com son muy instruidos en la Biblia, lo representa el momento en que Jesús se refería a sus oyentes sobre el contenido de Éxodo 3:13,14 donde Moisés dice a Dios:
"He aquí, yo voy a los hijos de Israel, y yo les digo: "El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros." Ahora pueden decir a mí, "¿Cuál es su nombre?" ¿Qué voy a decir? Dios dijo a Moisés: YO SOY EL QUE SOY ... Así dirás a los hijos de Israel: "YO SOY me ha enviado a vosotros."
Cualquier persona judía habría escuchado la afirmación de Jesús como una autoproclamación de su deidad en voz alta y clara. Es por eso que el siguiente versículo en el relato de Juan dice: "Entonces los judíos tomaron piedras para arrojárselas" (Juan 8:59).
De hecho, Jesús utiliza el término Yo soy (Gr. Ego eimi) más de diecinueve veces en referencia a sí mismo en los Evangelios.
A menudo se utiliza para hacer afirmaciones acerca de sí mismo que normalmente se consideraban apropiados sólo para Dios. Ver:
- "YO SOY (Ego eimi) el pan de vida, el que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed". (Juan 6:35)
- "YO SOY (Ego eimi) la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida". (Juan 8:12)
- A menos que no creéis que "YO SOY (Ego eimi), moriréis en vuestros pecados" (Juan 8:24)
- "YO SOY (Ego eimi) el buen pastor" (Juan 10: 11-14) - Comparar con el Salmo 23:1: "El Señor es mi pastor". O sea, que Jesús es Dios… "mi pastor"
- "YO SOY (Ego eimi) la resurrección y la vida; El que cree en mí vivirá, aunque muera" (Juan 11:25).
Ver también Juan 4:26; 6:41,48,51; 8:18, 28,58; 10:7,9; 13:19; 14:6; y 15:1.
Ahora soy yo el que se pregunta: ¿Qué Biblia lee usted, estimado lector?
Dawlin A. Ureña, PhD.
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