Primeramente definamos lo que significa "carnal": Es la traducción de la palabra griega "sarkikos," que significa literalmente "corpóreo." Esta palabra es vista en el contexto de los cristianos en 1 Corintios 3:1-3. Allí, el apóstol Pablo se está dirigiendo a los "hermanos" y por acciones que él ha sabido que ellos han estado tomando, procede a describirlos como "carnales."
¿Qué significa eso? Que los cristianos pueden ser carnales, ya que la Biblia es absolutamente clara, en que nadie está libre de pecado (1 Juan 1:8). Cada vez que pecamos, actuamos carnalmente. Pero… ¿Es esa la voluntad perfecta de Dios? ¡¡Por supuesto que no!!
Mientras un cristiano puede ser carnal por algún tiempo, un verdadero cristiano no permanecerá siéndolo por mucho tiempo.
David es un gran ejemplo: Por un tiempo, su pecado con Betsabé le hizo un "carnal", pero su arrepentimiento hizo que volviera a ser "completo" delante de Dios.
Pedro, al negar a Jesús, Tomás al no tener fe, Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, cuando pidieron que su madre interceda ante Jesús para ganarposición en su reino, etc., todos estaban siendo carnales, pero eso no significó que luego no cambiaran de actuar, y volvieran sobre sus pasos.
Sin embargo, no podemos hacer lo que hacen algunos, que han abusado de la idea de un "cristiano carnal", diciendo que es posible que se venga a Cristo y luego se prosiga viviendo la vida de manera abiertamentecarnal, sin evidencia alguna de haber "nacido de nuevo" o de ser una "nueva criatura.".
"De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así. De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas".(2 Corintios 5:16-17)
Efesios 2:8-10 dice que mientras que somos salvados solo por gracia a través de la fe solamente, la salvación resultará en buenas obras. ¿Puede un cristiano, en un tiempo de caída o rebelión, parecer un creyente carnal - como David, Pedro, Santiago o Juan? Por supuesto. Todos tenemos malos, buenos y mejores tiempos. Ahora, ¿Puede un cristiano verdadero, permanecerá actuando carnalmente? No.
Cuando sucede que hermanos y hermanas cristianos se vuelven carnales en su comportamiento, Dios los disciplina amorosamente, para que puedan ser restaurados a una estrecha comunión con Él, y para ser enseñados a obedecerle.
"Y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo:
"Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor
ni desmayes cuando eres reprendido por él,
porque el Señor al que ama, disciplina,
y azota a todo el que recibe por hijo."
Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, no hijos. Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? Y aquellos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad. Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que por medio de ella han sido ejercitados." Hebreos 12:5-11
El deseo de Dios al salvarnos, es que crezcamos hacia una semejanza a la imagen de Cristo, incrementando nuestra espiritualidad y decreciendo nuestra carnalidad, un proceso conocido como santificación.
"Por lo tanto, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro verdadero culto.2 No os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta." Romanos 12:1-2
Hasta que seamos liberados de nuestra carne de pecado, existirán los brotes de carnalidad. Sin embargo, para el genuino creyente en Cristo, estos brotes de carnalidad serán la excepción, y no la regla. El creyente auténtico no se estanca en la carnalidad. ¡Punto!
Pastor Dawlin A. Ureña
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