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Aunque Dios nos quiere sanos, y más aún, una parte sustancial del sacrificio de Jesús en la Cruz se hizo única y exclusivamente para que nosotros tuviéramos acceso a la sanidad, también debemos saber que Dios es el creador de la ciencia médica.
Dios usa maravillosamente a los profesionales de la salud. Mi propia esposa es farmacéutica. Nosotros hemos dado medicinas a nuestras hijas y eso no ha debilitado nuestra fe en el poder y la voluntad sanadora de Dios.
Existen ocasiones en las que Dios sana al enfermo. Existen ocasiones en las que Dios no sana al enfermo cuando oramos por ellos. ¿Por qué? Sólo Dios lo sabe. Existe un sin número de razones por la que una sanidad no llega, pero lo que no podemos nunca olvidar es que nuestro Dios es un Dios que se complace en sanar a sus hijos y muchas veces hasta a los impíos.
"Recorría Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, predicando el evangelio del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo."
Mateo 4:23
"Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y como este anduvo haciendo bienes
y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él."
Hechos 10:38
Pero no obstante a que Dios desea que seamos totalmente sanos solamente ejercitando nuestra fe a través de nuestras oraciones, existen casos cuando debemos recurrir a los profesionales de la medicina en busca de ayuda. Especialmente los problemas emocionales muchas veces están relacionados con problemas en los que la mente del enferme no es su mejor aliado, ya que la enfermedad misma inhibe al afectado en tomar decisiones sopesadas o en estar plenamente consciente de cuáles sus necesidades físicas o espirituales son.
No se puede descartar la posibilidad de que una persona que tenga problemas de depresión aguda esté siendo atacado por fuerzas espirituales adversas. La oración podría ser una arma ideal en estos casos. Sin embargo, en casos de personas que tengan problemas serios, creyentes o no, es muy aconsejable que además de la oración directa o intercesora, se busque la ayuda de un profesional de la salud.
Lo ideal, por supuesto, es acudir a un profesional de la salud que tenga conocimiento de las cosas de Dios y que no desconozca el factor espiritual. Por lo menos aquí en Estados Unidos los cristianos tenemos hasta guías telefónicas que solamente incluyen comercios cristianos (médicos, abogados, agentes de bienes raíces, plomeros, etc.) En situaciones como esas, lo ideal sería llevar al paciente a ser atendido por un médico cristiano.
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Pastor Dawlin A. Ureña
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