La culpa inapropiada puede ser un fantasma implacable que nos aleja de Dios. Pero la culpa apropiada es la que nos podría guia de manos a restablecer una relación saludable con Él, después de reconocer que Él es un Padre que nos ama.
La forma en que respondemos al sentimiento de culpa hoy puede ser lo que determine si terminamos siendo exitosos o derrotados en años futuros. No manejar correctamente un sentimiento de culpa podría hasta determinar el lugar donde pasaremos la eternidad.