El antiguo Israel ofrece una gran lección para nuestro mundo moderno.

Dios dijo a los israelitas que si mantenían su palabra, Él les daría la victoria completa sobre sus enemigos. ¡Josué y sus tropas entraron en la tierra prometida y derrotaron a 31 reyes!

Pero la próxima generación - que carecía de la obediencia y el celo de sus padres - no pudo expulsar a sus enemigos. Pensando que los cananeos no eran realmente tan malos, Israel tranzó y se unió a ellos en alianzas, matrimonios y en adorar a sus dioses falsos. Hoy, así ven muchos ilusos cristianos a los homosexualistas, abortistas, cultistas, evolucionistas, materialistas, humanistas, "cristianos" nominales como Barack Obama, Nancy Polosi, Hilary Clinton y otros.

Un siglo después, los filisteos, que deberían haber sido destruidos y exterminados de la tierra, ya estaban a cargo, ¡con los israelitas haciendo trabajo forzoso en su propia tierra! Estas son las trágicas consecuencias de la desobediencia a los mandamientos de Dios. Dios nos dice: "No estéis unidos en yugo desigual con los incrédulos, pues ¿qué asociación tienen la justicia y la iniquidad? ¿O qué comunión la luz con las tinieblas?" 2 Corintios 6:14

Ahora, adelantémonos 3.000 años. Los reformadores dedicaron nuestro mundo occidental para gloria de Dios y para la difusión del Evangelio. Por ejemplo, en Estados Unidos, el primer Congreso se inició con una reunión de oración de TRES HORAS! El presidente del Tribunal Supremo inició la primera sesión de la Corte Suprema una oración y él mismo también era el presidente de la Sociedad Bíblica Americana. ¡Todos los domingos, el edificio del Capitolio estaba lleno de gente que adoraba a Dios!

Si los cristianos hubieran seguido ejerciendo su autoridad dada por Dios, nuestra tierra hoy no estaría plagada de aborto, drogas, violencia y la desviación sexual flagrante.

Pero, ¿Qué dicen muchos ilusos cristianos hoy en día?: "Dejémosle el gobierno, las escuelas, las cortes… al impío, que todo saldrá bien. No debemos influir en nuestra sociedad. Somos de un reino que no es de este mundo…" Sin embargo, cuando ese mismo gobierno que hemos dejado en manos de malhechores comienza a enseñar el homosexualismo como un estilo de vida en esa misma escuela que también abandonamos, nos quejamos y decimos que esto va de mal en peor. Pero, ¿De quién era la responsabilidad de cubrir, salvaguardar, proteger? Del bueno! El malo, dejado a su propia voluntad, echa a perder todo.

Hay que tener autoridad espiritual sobre las malas influencias que tratan de empujar a la Palabra de Dios fuera de la área pública. No es demasiado tarde para arrepentirnos de nuestra complacencia, reafirmar nuestra fe y reavivar nuestro compromiso de seguir sus mandamientos - ¡pero tenemos que hacerlo ahora! Dios hará lo suyo de todas formas, pero por favor, no ayudemos a los malos, para supuestamente "ayudar a Dios".

Pastor Dawlin A. Ureña. PhD
Cambita, S.C., República Dominicana