Si no fuera porque la prensa occidental odiara tanto a la cosmovisión judeo-cristiana, y por hacerlo, escondieran tan bien los males del islamismo y las grandes bonanzas del judeo-cristianismo, la gente del mundo entero viviera alarmada por la forma vil y abusiva en que los machos musulmanes tratan a sus mujeres.
Constantemente usted ve a gente criticando al cristianismo, pero no ve en la prensa lo que hace la otra religión, la que necesariamente ocuparía el lugar del cristianismo, si los enemigos del Dios de Israel y los cristianos se salen con la suya y ocurre un vacío en nuestro mundo occidental.
Veamos algunas de las cositas más escandalosas que sufre la mujer en el Islam:
Las mujeres musulmanas, por ejemplo en Arabia Saudita, que acaba de ser nombrada por la ONU y aplaudida por Obama como "Defensora de los Derechos Humanos", no pueden:
1. Salir solas de casa
Las mujeres sauditas deben salir de casa acompañadas siempre por un hombre de la familia, ya sea para ir de compras o para visitar el médico.
2. Conducir
Oficialmente las mujeres no tienen prohibido conducir, pero en la práctica no pueden hacerlo porque no se lo permite la máxima autoridad religiosa: el Consejo de los Ulemas. Desde el año 2011 está en marcha la campaña 'Mujeres al volante', pero las detenciones son habituales.
3. Llevar ropa o maquillaje que muestre su belleza
La mayoría de las mujeres en Arabia Saudita llevan abaya, una prenda que les tapa el cuerpo por completo. En el país también existe la policía religiosa, que controla la vestimenta femenina y suele ser muy estricta, y pueden multar a una mujer por simplemente mostrar un dedo del pie.
Las deportistas saudíes participaron por primera vez en unos Juegos Olímpicos en 2012 en Londres, donde dos mujeres del país árabe compitieron en las pruebas de judo y atletismo. Se trató de un hecho histórico que no ha vuelto a repetir desde entonces. No obstante, Riad se ha comprometido a enviar a alguna deportista a los juegos de Río de Janeiro.
En Arabia Saudita prácticamente todos los espacios públicos están segregados por sexo. La mayoría de edificios públicos tiene una entrada para hombres y otra para mujeres.
Las mujeres deben comprarse la ropa y probársela en casa. Solo se pueden quitar la abaya en algunos probadores de tiendas de lujo.
Prácticamente ninguno de los hoteles del país permite la entrada de mujeres en sus gimnasios.
Así que imagine usted hermana evangélica de Costa Rica, España o México... ¿Qué le parecería si cambiáramos el cristianismo por el islamismo?
Dawlin A. Ureña, PhD.