Para bien de todos los que vivimos en Latinoamérica, donde una palabra en México puede significar algo diferente en Chile o Colombia, permítanme decirles que el término que se traduce como “Chismoso” del hebreo equivale a una persona que revela secretos que suceden a su alrededor. A esas personas llamamos un chismoso.
Un chismoso este es alguien que le saca secretos a la gente, acerca de ellos mismos y de sus familias, y luego va divulgándolos de casa en casa, de pasillo en pasillo, causando así gran desasosiego para aquellos cuyos secretos le fueron confiados, así como para aquellos a quienes se los cuenta, y también para sí mismo.
El chismoso tiene como su meta edificarse a sí mismo por medio de hacer ver mal a los demás y por exaltar su gran conocimiento de los demás. Generalmente es una persona con bajo auto estima y piensa que destrozando a los demás, él o ella subirán de eslabón o serán aplaudidos.
En Romanos, Pablo revela la naturaleza pecaminosa de la raza humana, declarando cómo Dios derramó Su ira sobre aquellos que rechazaron Sus leyes.
“...llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.” (Romanos 1:29-32)
Así que en una iglesia a dónde abunde el chisme, usted notará que se está incurriendo en un pecado tan serio que aquellos que lo practican y lo permiten pasivamente, “están bajo la ira de Dios”.
“El que carece de entendimiento menosprecia a su prójimo; mas el hombre prudente calla.” (Proverbios 11:12-13)
“El hombre perverso levanta contienda, y el chismoso aparta a los mejores amigos.” (Proverbios 16:28)
Muchas amistades, relaciones, matrimonios, hermandades, organizaciones, iglesias han sido arruinadas por un malentendido que comenzó con un chisme.
Aquellos que se involucran en este comportamiento no hacen sino provocar dificultades y causar ira y amargura, sin mencionar las heridas entre amigos.
Mi mamá nos daba por la boca cuando le veníamos con un chisme entre nosotros mismos y nos decía: “Si no tienes nada bueno qué decirme (acerca de tu hermano), no digas nada.”
Algunas personas se benefician con esto y buscan oportunidades para destruir a otros. Y cuando tales personas son confrontadas, niegan las acusaciones y responden con excusas y racionalismos y en vez de admitir su pecado, culpan a alguien o a algo más, o intentan hacerlo sonar como si el pecado que cometieron no fuera tan malo.
“La boca del necio es quebrantamiento para sí, y sus labios son lazos para su alma. Las palabras del chismoso son como bocados suaves, y penetran hasta las entrañas.” (Proverbios 18:7-8)
Si usted no ve la actitud correcta en los líderes de esa congregación de parar lo que allí sucede (asumiendo que su percepción es conforme me ha contado), debería considerar buscarse otra iglesia, ya que en medio de ese ambiente pecaminoso y permisivo, nadie puede crecer.
Pastor Dawlin A. Ureña
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