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No se puede mezclar una cosa con la otra. La primera se trataba de una gran injusticia, porque ante los ojos de Dios, todos somos una raza, una familia; venimos de una sangre, de una primera pareja. Pero lo del matrimonio homosexual, es un asunto de sentido común y hasta de supervivencia de la raza humana.
Algunos alegan que la justicia humana (y por extensión, quieren hacer equivalente la justicia de Dios) debe dar legalidad del matrimonio interracial, ya que según su torcida lógica, la justicia debe ser ciega con respecto a la raza de las personas que desean casarse, así también debe ser ciega con respecto a la orientación sexual de las personas que desean casarse.
Según su pregunta, estimada amiga, "así como no se les puede discriminar a las personas que deseen casarse sobre la base de su raza, tampoco se les puede discriminar sobre la base de su orientación sexual".
Pero, ¿es cierta esa racionalización? ¿Está bien su lógica?
Según escribe en su Email (que es más extenso que la pregunta que he colocado por razones de espacio), "Cuando dos personas piden al estado casarse, el estado no debe hacerles ninguna pregunta acerca de su raza o de su orientación sexual" y según usted, "Así como son inconstitucionales las leyes que discriminarían al matrimonio de las personas sobre la base de su raza, también las leyes que discriminarían en contra del matrimonio de las personas sobre la base de su orientación sexual son inconstitucionales", pero analicemos un poco:
Primero que todo, en su extenso email, - que generalmente consiste en sólo una pregunta, en la que la gente busca la opinión bíblica, mientras que usted no parece buscarla, sino que parece querer condicionarme para que yo le responda lo que usted quiere oír, usted NUNCA se refiere a "matrimonio homosexual", sino que habla de "matrimonio del mismo sexo".
Ahora puede que a algunos le parezca un tanto filosófico, lo cual intento a toda costa evitar en mis prédicas y en mis escritos (y de ahí el gran éxito de ADF - la gente entiende!), es que bajo el mundo que usted desea que exista con respecto a la "justicia" del matrimonio, las leyes que permitan el matrimonio homosexual claramente serían inconstitucionales, ya que ellas no serían ciegas a la orientación sexual de las personas involucradas.
Esas leyes sancionarían el matrimonio para las parejas del mismo sexo sólo si ellas fueran homosexuales, de modo que tomarían conciencia de la orientación sexual de esas parejas y discriminarían en contra de los heterosexuales que quisieran entablar matrimonio con alguien del mismo sexo.
Me explico: De la misma forma en la que la justicia o ley debe ser ciega a la raza de las personas que deseen unirse en matrimonio, así también debe ser ciega a la orientación sexual de ellas. Por lo tanto, las leyes que sancionen el matrimonio homosexual deberían ser inconstitucionales… además, ¡serían inejecutables!
De modo que las leyes que rigen el matrimonio no deben tener ninguna referencia a la orientación sexual de las personas involucradas. ¡Pero esa es precisamente la situación del statu quo! En el momento, en la mayoría de los países, esa es la forma en la que la ley regula los matrimonios. "No se discrimina" por raza u orientación sexual.
Pero bajo las leyes del statu quo, a ninguna persona se le niega el derecho de entablar matrimonio debido a la orientación sexual de él o de ella.
En otras palabras, dos personas heterosexuales, dos homosexuales, o una heterosexual y una homosexual están libres de casarse, sin que se les haga ninguna pregunta, así como no se les hacen preguntas a dos personas de diferentes razas que deseen casarse.
Lo que no se les permite hacer, sea cualquiera que sea su raza u orientación sexual, es de entablar un matrimonio del mismo sexo, simplemente porque no existe tal cosa.
El matrimonio, por definición lógica, ética, moral, y hasta por asunto de la supervivencia de la raza humana, es una relación entre un hombre y una mujer. Pero la orientación sexual de las personas involucradas, como su raza, es un asunto de total indiferencia para la ley.
Por lo tanto, la legalidad del matrimonio interracial sirve realmente para apoyar las leyes actuales, las cuales son diferentes tanto a la raza como a la orientación sexual de las personas involucradas. Aquellas personas que quieran redefinir el matrimonio de una manera que ya no necesite ser entre un hombre y una mujer necesitan salir con algún otro argumento en apoyo de esa redefinición más que simplemente hacer una apelación al matrimonio interracial.
El matrimonio es la unión de dos personas DE DOS SEXOS DIFERENTES (note que no se discrimina, ya que la raza humana solamente tiene dos sexos existentes - de ahí es que cuando un hombre quiere ser mujer, hay que hacerle una "operación de cambio de sexo" y solamente puede cambiar a ser mujer, porque somos hombres o mujeres), ¡no hay otra raza!
Tan pronto usted incluye en la definición de "Matrimonio" a dos personas DEL MISMO SEXO (nada qué ver con "orientación sexual"), ya usted cambia la definición y al hacerlo intenta suicidar a la raza humana.
A manera de ilustración: ¿Cuánto tiempo habría que esperar para ir a ver cuánto ha crecido una eventual colonia en Marte a la que solamente se envíen 8 homosexuales - o sea, 4 parejas? ¿20 años? ¿80 años? ¿300 años? ¿En cuántas décadas cree usted que la tierra podría enviar una nave a ver cómo va creciendo la colonia en Marte? ¿Cuántos hijos tendrán? ¿Cuál será ahora su número… 35 personas… 100 personas?
El problema es que la pregunta real aquí es de si el matrimonio tiene una esencia o es simplemente una construcción social similar a conducir un vehículo en la parte derecha de la autopista en vez de en la parte izquierda.
Las personas que apoyan el matrimonio de personas del mismo sexo quieren destruir el matrimonio conforme lo definió Dios al crear una sola raza con dos géneros y a cada género limitarlo con ciertos rasgos y órganos reproductivos, de manera que lo que cuente como matrimonio sea simplemente un asunto de conveniencia, no de supervivencia.
Una vez que comencemos a irnos por ese rumbo, cualquier cosa es permisible: un hombre con dos mujeres, un hombre con un niño, dos hombres con una cabra, una mujer con 3 hombres más otra mujer, etc.
¿Aún quiere que sigamos por ahí?
El día que se comenzó a permitir por ley que dos razas se pudieran casar, la raza humana se enriqueció: genéticamente, estéticamente y en número. El día que se generalice tanto el matrimonio entre personas del mismo sexo, sucederá todo lo contrario.
Dios no se equivocó ni puede ser burlado.
Arrepiéntase, que Dios aún puede enderezar su torcido razonamiento y sus pecaminosas tendencias sexuales.
Pastor Dawlin A. Ureña
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