Como regla general, las iglesias evangélicas solamente casan a parejas que son cristianas, sin embargo, hay situaciones subjetivas que podrían hacer que esta regla pueda ser alterada.
Hay verdaderas razones que moverían a cualquier ministro que tiene un corazón genuino por Dios y por la gente a casar a dos “no creyentes”. Las razones son las siguientes:
- Una vez casadas, las personas ya no estarían viviendo en el pecado de la fornicación.
- Cuando tengan hijos y busquen una iglesia, posiblemente volverán a la suya, ya que al casarlos, se creó algún tipo de vínculo entre Dios, la iglesia y su familia.
- Le da la oportunidad de compartir el evangelio con ellos.
- Hacen un compromiso público de ceñirse a ciertos parámetros cristianos que el mundo u otra iglesia tal vez no les exija.
Además, si usted necesita que la pareja asista a una consejería pre -matrimonial, le daría tiempo extenso con ellos para impartirles los principios bíblicos sobre el matrimonio y la familia, sin mencionar evangelizarles.
Recordemos que el matrimonio es una institución ordenada por Dios para todas las personas, no sólo para creyentes. Casarse no es como bautizarse. El que creyere y fuere bautizado será salvo. No dice que el que creyere y se casare por la iglesia será salvo.
Queremos que la gente entienda que Dios toma muy en serio el matrimonio y que Él los hará responsables por violar sus votos matrimoniales. ¿A veces no le parece que resultaría provechoso que esos compromisos se hagan ante Dios, en una verdadera iglesia y ante los testigos que asistan a la boda?
También queremos estar disponibles para aquellos que están luchando con dificultades en el matrimonio y contemplando el divorcio. Sin embargo, las personas deben tener una responsabilidad personal ante Dios por lo que hacen (o no hacen) con sus matrimonios.
Por lo tanto, yo personalmente no creo que sería inmoral para un pastor evangélico casar a una pareja de no-creyentes, ya que tendrían que tener cierto nivel de "fe" para estar dispuestos a continuar su alianza con un pastor evangélico. SIN EMBARGO…
En términos generales, por lo menos, supongo que siempre podría haber excepciones a esta regla.
Termino diciendo que estas son cosas muy difíciles de tratar en con un solo remedio. Así que si usted no se siente cómodo ante Dios, le aconsejaría que proceda a referir a las personas a otro pastor local. Usted no está obligado moralmente a casarlos tampoco.
Pastor Dawlin A. Ureña
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