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Pastor Ureña, antes de convertirme, vivía con la mujer con quién tengo un hijo de 12 años. Ahora que soy creyente, quiero casarme con ella, pero como ella no viene a la iglesia, el pastor no nos quiere casar... ¿Qué debo hacer?
Está mal de parte de su pastor no querer casarlos. De hecho, él está contradiciendo la Biblia con su posición.
Mire lo que dice la Biblia:
"¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré, pues, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? ¡De ninguna manera! 16 ¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella?, porque ¿no dice la Escritura: «Los dos serán una sola carne»? 17 Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él. Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; pero el que fornica, contra su propio cuerpo peca." 1 de Corintios 6:15-18
Aquí la Biblia establece varios principios de los que su pastor debería llevarse.
1. Antes de arrepentirse y formar parte del Pueblo de Dios, usted y su esposa estaban muertos al pecado.
2. Al no estar casados, también vivían en concubinato, o en fornicación.
3. Al usted arrepentirse, y pasar a formar parte de la Iglesia de Jesucristo, usted ha dejado de estar muerto al pecado y por ello, le felicito!
4. Por dos razones, primero porque ella es la madre de su hijo y la mujer con quién usted se ha "vuelto un cuerpo con ella", el pastor debería casarlos para evitar que usted, que ahora es salvo, viva en fornicación.
5. Ustedes dos son uno, lo quiera el pastor o no. Así que debería unirlos y así lograr lo siguiente:
A los demás yo digo, no el Señor, que si algún hermano tiene una mujer que no es creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone. 13 Y si una mujer tiene marido que no es creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone, 14 porque el marido no creyente es santificado por la mujer; y la mujer no creyente, por el marido. De otra manera vuestros hijos serían impuros, mientras que ahora son santos. 15 Pero si el no creyente se separa, sepárese, pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a vivir en paz nos llamó Dios. 16 ¿Qué sabes tú, mujer, si quizá harás salvo a tu marido? ¿O qué sabes tú, marido, si quizá harás salva a tu mujer?
Creo que esta escritura del hermano Pablo fue escrita específicamente para usted, su esposa y su pastor... quién aparentemente, por otras cosas que me incluye en su email, no maneja una iglesia muy balanceada y eso debería moverlo a usted a reflexionar si esa es la iglesia apropiada donde usted deba estar.
Lic. Dawlin Ureña
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