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Existe un tal "Movimiento Palabra de fe" que consiste en una enseñanza muy extraña acerca del sacrificio de Cristo: Según ellos, "Jesús murió espiritualmente, igual que Adán, quien al pecar, murió también espiritualmente".
A esta postura se la conoce como la herejía JME (Jesús murió espiritualmente) y constituye la fuente de una sorprendente cadena de errores, explicados a continuación:
Según estos herejes, "El sacrificio del cuerpo y la sangre de Cristo en la cruz no expiaron el pecado; la muerte física de Cristo en la cruz ocurrió solamente para permitir que Él muriera en Su Espíritu. Él se hizo, literalmente pecado en la cruz y puso sobre sí una naturaleza pecaminosa, siendo entregado así a Satanás. En consecuencia, Cristo perdió su Deidad y fue al infierno como un hombre condenado".
Según cree esta gente, "fue en el infierno, no en la cruz, que nuestro Salvador cumplió sus sufrimientos por los pecados y luego de tres días, el Espíritu Santo descendió al infierno y permitió que Jesús naciera de nuevo, restaurándose entonces su Deidad."
Pero esta locura no termina ahí. Ellos también enseñan que "Durante su estancia en el infierno, Jesús libró una batalla, luego de la cual Cristo tomó las llaves del infierno y la muerte, las arrebató del poder de Satán. Finalmente fue resucitado de los muertos y ocupó su lugar a la diestra del Padre".
Esas citas fueron un compendio de lo que enseñan estos herejes conocidos como el "Movimiento Palabra de fe"
También alegan que "Debido a que Jesús tuvo que nacer de nuevo como cualquier otro pecador, con lo cual se le restauró su Deidad, el nuevo nacimiento de los creyentes también nos otorga deidad a nosotros. Nos volvemos dioses en nuestro espíritu," y esta es la razón por la que usted ha oído, inclusive recientemente a algunos mega-maestros sugerir que somos "pequeños dioses" o que somos "Jehová Junior".
Esta gente enseña a sus seguidores que "Nuestros espíritus recreados son hechos a la imagen de Dios y son incapaces de pecar. Los cristianos pecan en la carne, pero no con su espíritu... y nosotros como dioses tenemos poder creador y, tal como Dios a través de su Palabra creó los mundos, en condición de dioses con espíritu perfecto tenemos igual poder con nuestras lenguas. Por medio de la confesión positiva, podemos proferir palabras creadoras como dioses y crear milagros de sanidad y prosperidad".
Estos grupos se han colado con estas enseñanzas puramente metafísicas en la Iglesia de Jesucristo y "Decretan y Declaran" a diestra y siniestra cosas que se supone que han de suceder solamente porque "tienen el poder creador en sus bocas".
Maestros modernos: Herejías antiguas
Aunque usted puede ser que esté escuchando esto por primera vez, los "maestros" de estas enseñanzas heréticas no las aprendieron en los últimos años. ¡No! Ellos las aprendieron de maestros muy anteriores a ellos, porque estas son mezclas de varias herejías contra las que varios "Padres de la Iglesia" tuvieron que luchar por siglos.
Kenneth Copeland y Kenneth Hagin son de los dos más prominentes maestros de estas enseñanzas, que si bien le parecerían inofensivas a un principiante, no es el caso de otros que estudiamos la Palabra de Dios y la historia de la iglesia.
Todos los maestros de la Palabra de fe sostienen la herejía JME, puesto que es la piedra angular de su teología.
Tales enseñanzas equivalen a un ataque al valor de la cruz y de la sangre allí derramada.
Si la cruz no fue un sacrificio suficiente, entonces la sangre derramada tampoco lo sería. Jesús no derramó su sangre en el Hades, sino en la cruz!
La Biblia, no Copeland o Hagin, dice que la expiación fue corporal, no espiritual.
"Haciendo la paz mediante la sangre que derramo en la cruz... los ha reconciliado en el cuerpo mortal de Cristo mediante su muerte"
(Colosenses 1:20-23)
"En él tenemos la redención mediante su sangre..." (Efesios 1:7)
"La sangre de su Hijo Jesucristo nos limpia de todo pecado." (1 Juan 1:7)
"Somos santificados mediante el sacrificio del cuerpo de Jesucristo ofrecido una vez y para siempre." (Hebreos 10:10)
Note el gran énfasis que dan estas escrituras del Nuevo Testamento al sacrificio físico que nuestro Señor hizo por nosotros en la cruz, con los cuales se demuestra que el sacrificio de Cristo en la cruz fue con su cuerpo y su sangre (v.g. sólo corporal). Por lo tanto, es una herejía afirmar que Jesús murió en Su Espíritu.
Hace unos días, un hermano, consternado por estas enseñanzas, me escribió y me dijo que ellos alegan que "cuando Adán pecó, murió espiritualmente, y por eso necesitamos nacer de nuevo."
Noten la gran confusión reinante en esta esquina de cristianismo.
Ellos alegan que como "Jesús bajó y padeció en el infierno, debió morir espiritualmente también."
Pero aunque dar una respuesta teológica comprensiva a estas falsas enseñanzas llevaría muchas líneas, diré que Adán murió espiritualmente al pecado... o sea, que al pecar, se rompió su relación con Dios y es a eso se le llamó "Muerte". Pero hay otra muerte, que es "la muerte segunda". Esa muerte segunda, que es morir en pecado, Jesús no la sufrió, porque Jesús no pecó NUNCA!
"Para esto fuisteis llamados, porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo para que sigáis sus pisadas. Él no cometió pecado ni se halló engaño en su boca." 1 Pedro 2:21-22
Pero, ¿Cómo podía Jesús vencer a la muerte, que llegó a la existencia justamente por el pecado?
¡Pues muriendo! Pero al la muerte no encontrar pecado en Él, "No lo pudo retener", porque para saber que no la había pecado, primero tenía que morir y al la muerte no poder retenerlo, tuvo que dejarlo ir, o sea, resucitó. Adán no pudo hacer eso ni nadie más.
Pero para poner el último clavo al féretro de esta herejía, escuchemos a Jesús directamente declarando cuándo se consumó la expiación de los pecados (aquí, no en el infierno).
"Al probar Jesús el vinagre, dijo: Todo se ha cumplido. Luego inclinó la cabeza y entregó el espíritu". (Juan 19:30)
Pero ¿Qué significa esto; de que "Todo se ha cumplido"?
En el griego, se usa el término "tetelestai", que deriva del verbo común "terminar" (teleo) y se utilizaba para firmar recibos. Su significado es cancelado, i.e., "pago por total".
¡Gloria a Dios! Todo lo que se requería para nuestra salvación se cumplió en ese instante… antes de que Jesús fuera a los infiernos, a donde descendió, no como hombre condenado, sino como Señor conquistador.
Visión errónea de lo que sucede
El hombre es un ser tri-partito. Está formado por un cuerpo, un alma y un espíritu.
Cuando morimos físicamente, digamos en un accidente, o por cáncer, nuestro cuerpo muere físicamente, pero nuestra alma/espíritu no mueren.
Ahora bien, aunque no mueren dejando de existir, si mueren sin ser redimidos por el sacrificio de Jesús, mueren espiritualmente, queriendo decir que mueren en pecado, por lo tanto, experimentan la "muerte segunda", que es morir por segunda vez, porque aunque estaban vivos mientras estaban en el cuerpo, realmente estaban "muertos" al pecado, entonces, ahora, al morir un segunda vez, y hacerlo en pecado no redimido, van a parar al infierno, a lo que la Biblia le llama "muerte segunda". Pero note que el ser verdadero, su alma-espíritu nunca dejaron de existir, sino que "murieron" porque dejaron la vida en la tierra mientras estaban en condición de pecado no redimido.
En el caso de Jesús, su muerte corporal en la cruz (ver Isaías 53), hizo lo que un ser humano descendiente del maldito Adán (y sus descendientes - que estaban bajo maldición), debía hacer: Morir. ¿Pero fue su muerte espiritual? Por supuesto que no! Igual que ningún otro hombre cuando muere, su alma-espíritu tampoco muere... sino que al morir en el cuerpo, se va a enfrentar a la muerte. Si ha pecado y su pecado no ha sido redimido, la muerte "lo puede retener", pero si no ha pecado, queda afuera de la maldición que fue impuesta sobre el padre de todos los humanos, o sea Adán. Pues como Jesús era hijo de Adán (en parte. Ver 1 Corintios 15,21-28) - pero no pecó en vida, la muerte "no lo pudo retener".
Así que Jesús NUNCA estuvo ni siquiera en riesgo de morir en la muerte primera (morir en pecado) y mucho menos en la muerte segunda (morir en pecado, llegar al infierno y ser retenido por la muerte por haberse encontrado pecado en Él).
El que entendió ese resumen, notará que ahí se resume el plan majestuoso de salvación de Dios para con los descendientes de la raza humana.
Ahora... ¡¡No se deje engañar por esta herejía y si está en medio de ellos, hulla por su salvación eterna!!
Ver también: "Decretar y declarar... ¿es bíblico?"
Pastor Dawlin A. Ureña
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