¿De qué vientre salió el hielo?
Y la escarcha del cielo, ¿quién la dio a luz?
Desde que se descubrió que en el pasado hubo una época en que la mayor parte del planeta estuvo dominada por bajas temperaturas y por tanto que grandes cantidades de agua se congelaron, los que en el mundo científico se dedican a estudiar los orígenes, ha luchado tratando de encontrar razones físicas para explicar el fenómeno.
La causa de la ocurrencia de la Época de Hielo es causa de grandes especulaciones y un sin número de hipótesis se han propuesto para tratar de explicar las razones por las que un fenómeno tan drástico podría haber ocurrido.
Los evolucionistas, por ejemplo, han propuesto varios escenarios.
Enfriamiento global
Reducción en la intensidad del sol
Actividad volcánica sustancial (por ejemplo, debido al choque de la tierra con un asteroide)
Y varias otras posiciones.
Sin embargo, usted verá que todas estas ignoran lo que la evidencia muestra. Estas posiciones explicatorias no hacen más que tratar de ajustar la Época de Hielo al modelo evolucionista. Sin embargo, los creacionistas tenemos la explicación más contundente para explicar la ocurrencia de la Época de Hielo.
La Época de Hielo. Ideas falsas sobre ella
Como ya hemos dicho, la Época de Hielo fue un tiempo en la historia de la tierra cuando sustanciales capas de hielo cubrían una considerable porción de la faz de la tierra. Pero las más grandes masas de hielo se acumulaban en el extremo norte y sur del globo.
Los glaciares
Sin embargo, contrario a la creencia popular, los glaciares inmensos nunca cubrieron grandes porciones de la tierra. Las bajas temperaturas y capas de hielo menores, acompañadas de nieve constante, sí eran experimentadas en regiones que hoy son calurosas.
En el Continente Norteamericano, por ejemplo, el hielo cubría la porción central de Canadá, tal vez tan lejos hacia el sur como hasta el estado de Colorado. Lo mismo ocurría en Europa, y el hielo cubría porciones de Europa central. Aunque el resto del planeta experimentaba bajas temperaturas, pero las capas de hielo considerables se encontraban concentradas en el norte y en el sur del globo.
¿Cómo se forma una capa grande de hielo?
Para que una capa de hielo de grosor considerable se forme se necesita que las temperaturas se mantengan bajas, y así, la nieve que cae se congela y no se descongela, y cuando más nieve cae, más hielo se acumula encima de la capa ya existente.
Sin embargo, para que las capas como las que existieron en aquel entonces se formaran, se necesita más que alterar la temperatura de la tierra en unos grados. Por esto los evolucionistas buscan algún incidente catastrófico como la coalición con un asteroide, para explicar la formación de estas grandes capas de hielo. Si está demasiado frío, el aire no contiene suficiente humedad, y no nieva mucho. En realidad... ¿Qué pasó?
Para que caiga nieve se necesita esa humedad en el aire y esa humedad proviene principalmente de la evaporación. En otras palabras, es un ciclo, que a la vez se beneficia de haber tenido, en sus inicios, océanos cálidos. Además necesitaríamos inviernos más cálidos en las latitudes polares (un poco por debajo del punto de congelación sería ideal) para permitir la caída de la nieve de que hablábamos antes.
Se necesitaría que existieran modelos atmosféricos intensos para transportar, a través de las corrientes de aire, tal humedad, de los océanos hasta los continentes donde se condensaría y caería en forma de nieve.
Pero entonces necesitaríamos veranos más cálidos para permitir que la nieve se acumule a través de los años, ya que de no ser así, se descongelaría y no se llegarían a formar las capas que vemos en la Época de Hielo. Y aunque los evolucionistas uniformitarios admiten que estas condiciones tendrían que darse todas para que existiera una Época de Hielo como la que vemos en el pasado, su modelo uniformitario no permite que tales condiciones existieran, que tales cambios radicales se dieran en la tierra en un tiempo relativamente corto.
¿Existe alguna alternativa?
Por supuesto que sí. Una alternativa que no rompe los modelos necesarios. Una alternativa que se ajusta a la evidencia. Una alternativa que resuelve todos los problemas, pero una alternativa que muchos DECIDEN no aceptar: El Diluvio de Noé.
El Diluvio de Noé y la Época de Hielo
Cuando el Diluvio terminó, los océanos probablemente estaban más cálidos que hoy. La convulsión, las explosiones volcánicas (Gén. 7:11), la exposición al sol constantes por un año, etc. explicarían tal cosa. Además, el mundo previo al Diluvio debió ser más cálido que el que hoy tenemos. Las aguas tal vez eran menos profundas, ya que no toda el agua que hoy está sobre la tierra antes lo estaba. Una gran porción de ella estaba en la capa que Dios colocó alrededor de la tierra. Así que poco después del Diluvio, la gran diferencia en temperatura entre el océano y la tierra, unido al enfriamiento polar, habrían causado tormentas catastróficas y prolongadas.
Además, la actividad volcánica que debió experimentar la tierra al inicio y durante el Diluvio, explica por qué hoy encontramos inmensas capas de lava solidificada, así como el basalto del Río Columbia. Tal volcanismo y consecuente encuentro de las aguas con la lava expulsada por los volcanes, habrían lanzado inmensas cantidades de aerosoles y polvo a la atmósfera (notar que la explicación evolucionista que propone grandes reacciones volcánicas debido a, tal vez un choque de la tierra con un asteroide, se propone para crear las mismas condiciones que el Diluvio sin duda alguna creó). Estas constantes e inmensas capas de polvo habían nublado grandes porciones de la tierra, haciendo que la entrada de los rayos solares, necesarios para descongelar el hielo, fueran virtualmente inexistentes, creando así veranos más fríos e inviernos más prolongados. Más precipitación de nieve y menos calor para descongelar el hielo.
En resumen, a los Creacionistas, el Diluvio Bíblico nos describe una catástrofe ideal, mientras que los evolucionistas, como se rehusan a considerar la ocurrencia del Diluvio, se ven obligados a inventar colisiones catastróficas con distantes e improbables asteroides, para crear las condiciones que ellos saben serían imprescindibles para que se dé una Época de Hielo.
El Diluvio: Más evaporación, inviernos más cálidos, tormentas intensas, veranos más fríos... ¿El resultado? ¡Una Época de Hielo!
¿Hasta cuándo duró la Época de Hielo?
Hasta que los océanos entregaron el calor excesivo. Hasta que la actividad volcánica se redujera. Hasta que la vegetación comenzara a restablecerse.
Todo esto debió suceder en no más de mil años, justo a continuación de la ocurrencia del vilipendiado Diluvio de Noé.
Entraron, pues, con Noé en el arca, de dos en dos, de todo ser en que había espíritu de vida. 16 Los que entraron eran macho y hembra de cada especie, como le había mandado Dios; y Jehová le cerró la puerta.
El diluvio duró cuarenta días sobre la tierra. Las aguas crecieron y alzaron el arca, que se elevó sobre la tierra. Las aguas siguieron subiendo y creciendo en gran manera sobre la tierra y flotaba el arca sobre la superficie de las aguas. Las aguas subieron mucho sobre la tierra; todos los montes altos que había debajo de todos los cielos quedaron cubiertos. Quince codos más alto subieron las aguas después que quedaron cubiertos los montes.
Y murieron todos los seres que se mueven sobre la tierra, así las aves como el ganado y las bestias, y todo reptil que se arrastra sobre la tierra, y todo hombre. Todo lo que tenía aliento de espíritu de vida en sus narices, todo lo que había en la tierra, murió. Así fue destruido todo ser que vivía sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, los reptiles y las aves del cielo; fueron borrados de la tierra.
Solamente quedó Noé y los que con él estaban en el arca. Y permanecieron las aguas ciento cincuenta días sobre la tierra.
E hizo pasar Dios un viento sobre la tierra y disminuyeron las aguas. Se cerraron las fuentes del abismo y las cataratas de los cielos; y la lluvia de los cielos fue detenida. Las aguas decrecían gradualmente sobre la tierra; y se retiraron las aguas al cabo de ciento cincuenta días. Reposó el arca en el mes séptimo, a los diecisiete días del mes, sobre los montes Ararat. Las aguas fueron decreciendo hasta el mes décimo, cuando, el primer día del mes, se descubrieron las cimas de los montes.
6 Sucedió que al cabo de cuarenta días
Sucedió que en el año seiscientos uno de Noé, en el mes primero, el primer día del mes, las aguas se secaron sobre la tierra; y quitó Noé la cubierta del arca, miró y vio que la faz de la tierra estaba seca. En el mes segundo, a los veintisiete días del mes, se secó la tierra.
¿Cuántas veces ha escuchado que para creer en el Diluvio hay que ser estúpido?
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