El reciente hallazgo de un así llamado cráneo de
Homo erectus en África fue anunciado alrededor del mundo como
si probara la evolución, y publicado en Nature. 1
Los hechos son mucho
menos emocionantes para los aspirantes a creyentes en la evolución.
'Un cráneo de un millón de años encontrado en Etiopía
confirma la teoría de que el hombre moderno evolucionó de una sola
especie pre-humana que se desarrolló en África y migró hacia el
resto del mundo…'
Al leer esa introducción al artículo en Internet
de la CNN sobre el último hallazgo de un cráneo de un supuesto
hombre-simio, el lector promedio podría pensar que este cráneo
supuestamente ha confirmado de alguna manera que las personas
evolucionaron de ancestros sub humanos. Pero incluso los evolucionistas
que lean esto estarían de acuerdo en que ese no era el punto que se
estaba indicando, de hecho. El autor(es) del artículo, y los
investigadores citados, todos comienzan su pensamiento, y todas
sus interpretaciones de los hechos, dentro de un marco de trabajo
que de antemano cree que el hombre evolucionó. Después de todo,
si no fue así, entonces la única alternativa sería aceptar la
creación especial, ¡que está en contra de las Reglas del
Juego!
El cráneo en cuestión es del tipo que se ha llamado
Homo erectus. El marco de trabajo del pensamiento evolucionista
mencionado anteriormente ha estado encerrado desde hace mucho tiempo
en la visión de que el Homo erectus es una especie sub humana, eso
es, un intermedio evolutivo entre los humanos de hoy y primitivos
ancestros simiescos, incluso menos humanos.
Los creacionistas han afirmado generalmente que
no hay nada en los especimenes erectus que esté afuera del rango
de la variación humana. 3
Esto es confirmado por evidencia de sus artefactos y por ende de su
comportamiento, eso es, probablemente fueron otro tipo de humanos
que resultaron de la repentina explosión de diversificación genética
después de Babel. No hace mucho, la portada de la revista Time
dibujó un erectus macho que se veía como un atleta olímpico. Si ese
individuo usara un sombrero, que ocultara su frente inclinada hacia
atrás y su prominente hueso de las cejas (rasgos que hoy, en aislamiento,
no son desconocidos entre las poblaciones actuales), no habría garantía
de que alguien le diera una segunda mirada.
¿Así que de qué se trata todo este alboroto?
¿No debería ser simplemente un caso de, 'Bostezo, simplemente se
ha encontrado otro cráneo de Homo erectus?' La respuesta
es que se trata de debates entre evolucionistas, argumentando sobre
ideas diferentes de cómo evolucionaron los humanos, no si
evolucionaron.
La situación era esta. Hasta mediados de los años
1980s, la mayoría de los evolucionistas creían que los cráneos
erectus encontrados en lugares como Asia y Europa, todos
habían emergido de una población original de erectus que había
emergido en África. Entonces otros comenzaron a decir que los cráneos
en África eran un poco diferentes, y representaban una especie separada,
que ellos llaman Homo ergaster, que se piensa evolucionó en
erectus.
Este cráneo fue descubierto recientemente en África,
y fue 'datado' (usando las asunciones evolucionistas usuales) en un
millón de años. Es un clásico cráneo erectus, que parece confirmar
la visión previa. Esto ha hecho que la gente reevalúe todo el asunto
del ergaster, con muchos diciendo ahora que el ergaster nunca
existió. Ellos ahora apuntan que las diferencias entre el ergaster y
el erectus eran, todo ese tiempo, demasiado pequeñas para
llamarlas especies separadas. Simplemente eran una parte del rango
de variación en un grupo.
En otras palabras, cuando antes podía hablarse
de tres especies Homo separadas llamadas ergaster,
erectus y sapiens, ahora estas se reducen a
erectus y Sapiens. Un líder en estudios, el Dr.
Tim White, co-director del Laboratorio de Estudios de la
Evolución Humana de la Universidad de California, Berkeley,
apunta la extendida ocurrencia de lo que se conoce como repartición
taxonómica:
'Ha habido una tendencia reciente a dar diferentes
nombres a cada uno de los fósiles que sale de la tierra, y eso ha llevado
a lo que nosotros creemos que es un retrato muy engañoso de la biología
de la evolución humana.'
Otros evolucionistas no están convencidos, a pesar
de la evidencia que confirma la apretada superposición anatómica de
rasgos. Sin embargo, esto sólo resalta cómo todos los asuntos que
involucran la clasificación de huesos fósiles son, por su misma
naturaleza, altamente subjetivos. No es del todo irracional, a la
luz de esa subjetividad, que los creacionistas sostengan que en
realidad sólo se debería reconocer una especie de Homo, a
saber Homo Sapiens.
Esto es consistente con lo que ciertos paleoantropólogos
evolucionistas, más notablemente Milford Wolpoff de la Universidad de
Michigan, han estado diciendo desde hace algún tiempo. Ellos creen que
los individuos cuyos huesos han sido clasificados como erectus
eran los ancestros evolutivos de la gente moderna (así como los
Neandertales, en su visión). Pero parece que ellos creen que las
similitudes son tales que todos los especimenes Homo erectus, junto
a los Homo neanderthalensis y otros, en realidad se deberían llamar
Homo Sapiens-lo que significa, en resumen, personas. Existe
evidencia asociada con erectus de muchos atributos culturales
humanos, incluyendo el entierro de sus muertos, el uso de ocre ceremonial,
herramientas de piedra, e incluso habilidades complejas de
marinería/navegación. (Recientemente se descubrió que los Neandertales
hacían un pegamento de alta tecnología).
Entonces, como las diez botellas verdes en la
pared, ahora volveríamos a una sola especie Homo después de
todo. El artículo publicado en la TJ por el creacionista John
Woodmorappe, titulado The non-transitions in 'human evolution'-on
evolutionists' terms concluye del análisis de un número de
características que el Homo ergaster, H. erectus,
H. neanderthalensis así como el H. heidelbergensis
eran más probablemente variantes 'raciales' del hombre moderno,
mientras el H. habilis 4
y otro espécimen llamado H. rudolfensis eran sólo tipos
de australopitecinos.
Cuando toda la partida de genes humanos fue rota
abruptamente en Babel, diferentes grupos tomaron proporciones diferentes
de esa partida de genes con ellos, dando lugar a muchos grupos de gente,
o las así llamadas 'razas'. Estas tienen diferencias fijas superficiales
en la proporción y frecuencia de ciertas características. Por ejemplo,
algunos tienen más pigmento en la piel, algunos menos. Pero estudios
genéticos en los descendientes vivos de esos grupos muestran que ellos
(nosotros) están todos de una manera impactante, relacionados cercanamente,
lo que no es sorpresivo. Todos tenemos el mismo pigmento en la piel, por
ejemplo, sólo diferentes cantidades de él. Y todos los grupos de gente
pueden casarse entre sí libremente, resultando en una aproximación más
cercana a la riqueza genética que habría caracterizado la familia de Noé.
De hecho, hay una variación mayor dentro de una 'raza' que entre
diferentes 'razas', y es por eso que los biólogos dicen que 'raza' es un
concepto biológicamente sin sentido.
Similarmente, el rango de variación en los rasgos de
los huesos entre estos primeros humanos post-Babel, algunos grupos de
los cuales han muerto desde entonces (Neandertales, por ejemplo) se
explica fácilmente en la misma base genética.
Así que la próxima vez que usted vea cierto anuncio
en un periódico sobre el último 'cráneo', recuerde que a menudo los
reporteros tienen una idea poco definida de lo que se está discutiendo.
Además, ellos están viendo e interpretando esos hechos a través de los
'lentes' de un marco de trabajo que asume la evolución humana,
así que difícilmente puede usarse para probar la evolución humana. En
cualquier caso, ni los investigadores, ni los reporteros, tendrán
generalmente la oportunidad, la voluntad o el incentivo para ver los
mismos hechos a través de los 'lentes' de la historia real dada en la
Biblia.
Referencias y notas
1. Aswaf, B. et al.,
Remains of Homo erectus from Bouri, Middle Awash, Ethiopia,
Nature 416(6878):317-320, 21 de Marzo, 2002.
2. Fossil skull fuels debate over human origin,
www.CNN.com, 21 de marzo de 2002.
3. Por ejemplo, vea Woodmorappe, J., How different
is the cranial-vault thickness of Homo erectus from modern
man?, TJ 14(1):10-13, 2000.
4. El llamado Homo habilis ha muerto muy bien como taxón,
la confusión aparentemente causada por la asignación de piezas fósiles de
un erectus o, más comúnmente, de un Australopitecino a esta
'basurera taxonómica'. Por simplicidad, aquí estamos ignorando
los debates sobre el Homo neanderthalensis y similares.
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