Nuestro planeta, la Tierra,
es el único lugar en el universo, que se haya comprobado, que tiene agua
líquida.1 De hecho, los astronautas al mirar a la superficie
de la Tierra desde el espacio, ven mayormente agua. Los océanos cubren
el 71% del área total y contienen suficiente agua como para cubrir todo
el planeta con una profundidad de 2.7 Km. (1.7 millas) si la superficie fuera
completamente plana.
Salinidad
El océano es esencial
para la vida en la Tierra, y también ayuda a que el clima sea más
moderado. Sin embargo, aunque el océano contiene 1.370 millones de kilómetros
cúbicos (334 millones de millas cúbicas) de agua, el hombre no
puede beberla es muy salada.
Para un químico,
la palabra sal se refiere a un amplio rango de sustancias químicas
en las cuales un metal se combina con un no-metal. La sal común es un
compuesto que se forma cuando el sodio metálico se combina con un cloro
no metálico cloruro de sodio. Éste contiene átomos
cargados eléctricamente, llamados iones, que se atraen mutuamente, resultando
en un cristal bastante duro. Cuando la sal se disuelve estos iones se separan.
Los iones de sodio y cloro son los principales iones en el agua marina, pero
no los únicos. Los mares salados benefician al hombre porque proveen
muchos minerales de utilidad para las industrias.
¿Qué edad
tiene el mar?
Muchos procesos llevan sal
al mar, y sin embargo ésta no lo abandona con facilidad; de manera que
la salinidad se incrementa constantemente. Dado que podemos calcular cuánta
sal hay en el mar, así como las proporciones en que la sal entra y sale
de este, deberíamos ser capaces de calcular la edad máxima del
mar.
De hecho, éste método
fue propuesto originalmente por el colega de Sir Isaac Newton, Sir Edmond Halley
(1656-1742).2 Más recientemente, el geólogo, físico
y pionero de la terapia por radiación, John Joly (1857-1933), estimó
que los océanos tenían de 80 a 90 millones de años como
máximo.3 Pero esto era un periodo de tiempo ínfimo
para los evolucionistas, quienes creen que la vida evolucionó en los
océanos hace miles de millones de años.
Más recientemente,
el geólogo Dr. Steve Austin y el físico Dr. Russell Humpreys analizaron
datos de fuentes seculares de geociencia sobre la cantidad de iones de sodio
(Na+) en el océano, y sus proporciones de entrada y salida.4
Cuanto más lenta sea la entrada y más rápida la salida,
más antiguo sería el océano.
Cada kilogramo de agua marina
contiene aproximadamente 10.8 gramos de sodio disuelto (aprox. el 1% del peso).
Esto significa que hay un total de 1.47 x 1016 (14,700 millones) toneladas de
sodio en el océano.
La proporción
de entrada del sodio
El agua en la tierra puede
disolver florecimientos de sal y pueden desgastar muchos otros minerales, especialmente
arcillas y feldespatos, y filtrarles el sodio. Este sodio puede ser llevado
al océano por los ríos. A los océanos también les
llega algo de sal a través del agua que llega a éstos atravesando
la tierraconocida como descarga submarina de agua de tierra (DSAT). Esa
agua tiene una gran concentración de minerales. Los sedimentos que hay
en el fondo del océano liberan mucho sodio, así como las fuentes
de agua caliente de las profundidades (respiraderos hidrotermales). El polvo
volcánico también contribuye con algo de sodio.
Austin y Humpreys calcularon
que 457 millones de toneladas de sodio llegan al mar cada año. La cantidad
mínima posible en el pasado, aún si las más amplias suposiciones
se le conceden a los evolucionistas, es de 356 millones de toneladas por año.
Actualmente, un estudio
reciente muestra que la sal está entrando en los océanos aún
más rápido de lo que Austin y Humpreys pensaron.5 Previamente,
se pensó que la cantidad de DSAT era una pequeña fracción
(0.01-10%) del agua que provenía de la superficie terrestre, en especial
ríos, pero este nuevo estudio, midiendo la radioactividad de radio en
el agua costera, muestra que la cantidad de DSAT llega al 40% del flujo del
río.6Lo que significa que la edad máxima del océano
es aún menor.
La proporción
de salida del sodio
La gente que vive cerca
del mar a menudo tiene problemas con el óxido en los coches. Esto se
debe a la brisa marinapequeñas gotas de agua de mar que escapan
de este, el agua se evapora, dejando pequeños cristales de sal. Este
es uno de los procesos principales que retira sodio del océano. Otro
proceso importante es llamado intercambio de ioneslas arcillas pueden
absorber iones de sodio e intercambiarlos por iones de calcio, que se liberan
en el océano. Algo de sodio sale del océano cuando el agua queda
atrapada en poros de los sedimentos que se encuentran sobre el fondo oceánico.
Ciertos minerales con grandes cavidades en su estructura de cristal, llamadas
zeolitas, pueden absorber sodio del océano.
Sin embargo, la proporción
de salida del sodio es mucho menor que la de entrada. Austin y Humpreys calcularon
que 122 millones de toneladas de sodio dejan el mar cada año. El rango
máximo posible en el pasado, aún si las más amplias suposiciones
se le conceden a los evolucionistas, es 206 millones toneladas por año.
Estimando la edad del
océano
Concediendo las suposiciones
más generosas a los evolucionistas, Austin y Humpreys calcularon que
el océano debe tener menos de 62 millones de años. Es importante
notar que no es la edad real, sino la edad máxima. Eso significa que
las evidencias antes presentadas son consistentes con una edad hasta los 62
millones de años, incluyendo la edad bíblica de aproximadamente
6.000 años.
El cálculo de Austin
y Humpreys asume las proporciones plausibles más bajas de entrada y las
más rápidas de salida. Otra suposición es que en el comienzo
no habría sal disuelta en los océanos. Si asumimos condiciones
más realistas en el pasado, la edad máxima calculada sería
menor.
Por un lado, Dios probablemente
creó los océanos con algo de salinidad para que los peces de agua
salada pudieran vivir allí. El diluvio de Noé habría disuelto
grandes cantidades de sodio de rocas terrestres. Éste sodio habría
acabado en el mar al retirarse las aguas del diluvio. Finalmente, la DSAT (que
resulta ser mucho mayor de lo esperado), reduciría aún más
la edad máxima.
Conclusión
La salinidad de los océanos
es una evidencia importante de que estos, y la Tierra misma, tienen menos de
los miles de millones de años requeridos por los evolucionistas, y es
consistente con la edad bíblica de 6.000 años. Los océanos
son mucho más jóvenes que las 'fechas' que los evolucionistas
dan para algunas criaturas marinas. En resumen, ¡el mar no está
lo suficientemente salado para el gusto de los evolucionistas!
Por supuesto, todos esos
cálculos dependen de suposiciones sobre el pasado, tales como las condiciones
de partida y la constancia de las velocidades de los procesos, y por ello nunca
podrán probar la edad de algo. Para eso, necesitamos un testigo ocular
(ref. Job 38:4). El objetivo de los cálculos anteriores es demostrar
que aún bajo las propias suposiciones de los evolucionistas sobre el
pasado, la verdadera edad de la Tierra es mucho menor de lo que normalmente
se dice y que esto no contradice la Biblia.
Referencias y Notas
1 Se sospecha que Europa,
una de las lunas de Júpiter, tiene agua líquida bajo su corteza
de hielo, pero no se sabe con seguridad.
2 E. Halley, A short
account of the cause of the saltiness [sic] of the ocean, and of the several
lakes that emit no rivers; with a proposal, by help thereof, to discover the
age of the world [Un corto registro de la causa de la salinidad
[sic] del océano, y de los distintos lagos que no emiten ríos;
con una propuesta, por ayuda consiguiente, para descubrir la edad del mundo],
Philosophical Transactions of the Royal Society of London, 29:296300,
1715; citado en la Ref. 4.
3 J. Joly, An estimate
of the geological age of the earth [Una estimación de la
edad geológica de la Tierra], Scientific Transactions of the Royal
Dublin Society, New Series, 7(3), 1899; reimpreso en Annual Report of the Smithsonian
Institution, junio 30, 1899, pp. 247288; citado en la Ref. 4.
4 S.A. Austin and D.R. Humphreys,
The seas missing salt: a dilemma for evolutionists [La
sal perdida del mar: un dilema para los evolucionistas], Proceedings of
the Second International Conference on Creationism, Vol. II, pp. 1733,
1990. Este documento debe ser consultado para un estudio más detallado
que este breve artículo.
5 W.S. Moore, Large
groundwater inputs to coastal waters revealed by 226Ra enrichments [Grandes
entradas de agua submarina en aguas costeras, reveladas por enriquecimientos
de 226Ra], Nature, 380(6575):612614, 18 April 1996; perspectiva
de T.M. Church, An underground route for the water cycle [Una
ruta submarina para el ciclo del agua], misma edición, pp. 579580.
6 M.T. Church, Ref. 5, p.
580, comentarios: La conclusión de que grandes cantidades de DSAT
están entrando en el océano costero tiene el potencial de alterar
radicalmente nuestro entendimiento del balance masivo químico del océano.
|