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Cuando el Espíritu fue vaciado el día de Pentecostés, Pedro citó a Joel cuando decía: "Después de esto derramaré mi Espíritu sobre todo ser humano, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones" Joel 2:22-26. Evidentemente Pedro aquí se refiere a los días del fin. Los últimos 2,000 años en que nos encontramos viviendo forman parte de estos "últimos días". Pero si tenemos sueños, es imperativo que los sometamos a los parámetros siguientes: 1. Confirmación del Espíritu.
"Pero cuando venga el Espíritu de verdad, Él os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga y os hará saber las cosas que habrán de venir." Juan 16:13 En otras palabras, el Espíritu de Dios tiene una función doble en este sentido: traernos los sueños de parte del Padre (basándonos en Joel 2:22) y también proporcionarnos la interpretación del mismo (basándonos en Juan 16:13). 2. Consistencia con la Palabra de Dios - la Biblia
Si usted siente que un sueño le causa ansiedad, miedo, terror, odio, etc. ¡Ese sueño no es de Dios! Dios es un Dios bueno, un Dios de amor, un Dios de perdón, paz y reconciliación. Los sueños de los hombres de Dios en el Antiguo Testamento tenían un propósito benévolo sin excepción alguna. Ese debe ser el caso hoy. Los sueños pueden ser usados por Satanás para confundirle y quitarle la paz. Debemos ser diligentes en cerciorarnos de que nuestros sueños, si los tenemos, sean totalmente consistentes con las enseñanzas bíblicas: "Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad" 2 Timoteo 2: 15 No está de más enfatizar que los sueños y las visiones son mencionados con asombrosa frecuencia en la Palabra de Dios. Los sueños son mencionados 122 veces en la Biblia. Las visiones son mencionadas 101 veces.
Muchos de los profetas de la antigüedad recibieron sueños y visiones del Señor. Ver Ezequiel 1, Daniel 8: 27, Daniel 10, Isaías 6 y más recientemente, en el Nuevo Testamento, vemos a Juan en el libro de Apocalipsis. Además tenemos el caso de Pedro en Hechos 10: 9-22. Es claro que Dios sí usa los sueños para comunicar su deseo o sus planes al hombre. Finalmente y en lo referente a los falsos profetas que alegando haber recibido sueños, visiones e inspiraciones, ver Adventismo del 7mo Día, Mormonismo, Testigos de Jehová y el Islamismo aquí. Pastor Dawlin Ureña
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