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  • Pastor, si le pido a mi esposa que use lencería durante el sexo, ¿estoy pecando?
    Autor: Dr. Dawlin A. Ureña
    (El Dr. Ureña es Pastor, y miembro de la Asociación Científica
    CRS - Creation Research Society)

    Esta es un excelente pregunta que todo hombre y hasta mujer cristiana que vive bajo el sacramento del matrimonio se debe haber preguntado.

    Antes de responder lo que parece una pregunta que mereciera un simple “sí” o “no”, permítanme hacer algunas precisiones previas.

    ¿Cómo funciona el cerebro del hombre hacia la actividad sexual?

    El hombre está cableado o alambreado de una forma muy diferente a la mujer. El hombre es retroalimentado más por lo que ve, oye y toca que por la experiencia misma de la relación sexual. Es por esta razón que la industria de la pornografía está principalmente dirigida al sexo masculino… porque cuando la mujer pagaría 3 dólares por ver, el hombre pagaría 100.

    Dios creó el cerebro del hombre diferentemente a como creó el de la mujer... ¡Esto lo saben todos los que han estado casados!


    Mientras que para el hombre solo existen algunas realidades, las mismas realidades están acompañadas de múltiples matices, para la mujer

    De hecho, hace poco leí un magnífico libro titulado “Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus”. El libro básicamente comunica el mismo punto que he establecido anteriormente. Que el hombre y la mujer reciben retroalimentación de formas totalmente diferentes. Mientras que para el hombre la realidad es más sencilla, la mujer la ve mucho más complicada. El hombre tiende a no ver los matices en la realidad.

    Un hombre disfruta más el sexo cuando ha ocurrido un ritual previo que lo excitó tanto que cuando llegó la hora del coito; ya sus ojos, sus oídos y sus manos han experimentado tanto o más placer que cuando se alcanza inclusive la eyaculación.

    Para el hombre, ver y oír significa mucho

    Hace poco tuve la oportunidad de dar consejería a una pareja de hermanos que estaban a punto de divorciarse. La razón que me dio el hermano fue que tenían 11 años de casado y nunca había visto a su esposa desnuda. Ella, que tenía algunas cicatrices que la avergonzaban, siempre se había negado a que se encendiera la luz a la hora del sexo. Eso tenía al hermano frustrado, vacío, pregúntandose cómo lucirían las demás mujeres... a tal punto que quería divorciarse de ella, porque me decía que durante el sexo se satisfacía, pero que faltaba algo. Ese algo que faltaba era el placer agregado que al hombre le viene dado cuando ve, cuando oye (gemidos, palabras de éxtasis) y cuando toca.

    Las mujeres prostitutas explotan el conocimiento de estas verdades y gritan, lloran, gimen… la relación íntima para que el varón eyacule y le pague, mientras más rápidamente, mejor.

    La mujer es diferente al hombre

    Hay otro libro magnífico que leí hace algún tiempo. Se llama “Los 5 lenguajes del amor” (The 5 languages of love”). En él se muestra cómo cada persona recibe amor. Algunos recibimos amor expresándolo verbalmente, otros recibiendo regalos (siendo agasajados), otros cuando se nos da tiempo de calidad y otros con la relación sexual, etc.

    La mujer en general es más dada a querer charlar, conversar, etc. y pasar “tiempo de calidad” antes del sexo. Entonces, si quieres que tu mujer se entregue a ti de manera absoluta a la hora del sexo, descubre cuál es la forma en que ella “recibe amor” y la tendrás entregada a ti en un 100%.

    Ahora procedamos a la respuesta del hermano.

    Pastor, si le pido a mi esposa que use lencería durante el sexo, ¿es lujuria? ¿estoy pecando?

    Aunque la Biblia nos advierte que nos cuidemos de la lujuria, es importante que el hombre y la mujer cristiana entiendan que no todo lo que causa placer es lujuria.

    ¿Qué es lujuria?

    Conforme la definición proporcionada por el Diccionario de la Real Academia, Lujuria es

    (Del lat. luxuri(a). 1. f. Vicio consistente en el uso ilícito o en el apetito desordenado de los deleites carnales. 2. f. Exceso o demasía en algunas cosas.

    Note que la definición viene intrínsecamente ligada a lo “vicioso” a lo “no permitido”, “lo ilícito” y a lo “desordenado”. Por lo tanto, ver y disfrutar la belleza del cuerpo de mi amada esposa, no puede, bajo ningún concepto representar un pecado “vicioso”, “no permitido”, “ilícito” o “desordenado”. De hecho, la Biblia dice todo lo contrario. En el libro de Cantar de los Cantares, Salomón dedica mucho de este libro a hablar sobre los placeres de la relación sexual entre la pareja y dice:

    Nos gozaremos y alegraremos contigo,
    nos acordaremos de tus amores más que del vino. ¡Con razón te aman!
    Cantar de los Cantares 1.4

    Y la mujer dice sobre su amado:
    Como un manzano entre árboles silvestres
    es mi amado entre los jóvenes.
    A su sombra deseada me senté
    y su fruto fue dulce a mi paladar.
    Me llevó a la sala de banquetes
    y tendió sobre mí la bandera de su amor.

    Obviamente haciendo referencia a los genitales de su amado y comunicando el placer que ellos la llevan al sentir mutuamente el cuerpo de uno y el otro en relación íntima sexual.

    En el libro de Génesis Dios mismo le da la instrucción a Adán y a Eva de que se multipliquen y llenen la tierra. ¿Cómo la habrían de llenar sin tener sexo? Y en esa relación Dios quiso, que así como el dolor viene cuando nace la criatura, así ocurra placer cuando se tiene la relación que trae el embarazo que concibe al hijo.

    La afirmación del sexo ordenado por Dios eleva la exclusividad y la fidelidad. En este punto de vista Salomón, en Cantar de los Cantares celebra lo saludable del sexo ordenado por Dios, pero también indica que el amor es más que sexo, tal como es atestiguado por los elementos de exclusividad y fidelidad en Cantares.

      

    Sin embargo, la lujuria no tiene que ver nada, ni siquiera en la definición proporcionada por el Diccionario de la Real Academia (que no es un diccionario cristiano) con la relación sexual entre la pareja cristiana. En el coito cristiano, no hay lujuria, sino un compartir amoroso de el regalo de Dios dado a la humanidad. Quién introduce la lujuria es el diablo y si la mujer y el hombre no son sabios (evitando la lujuria fuera del matrimonio), no pueden culpar al diablo de su desdicha, sino a ellos mismos.

    El consejo de Pablo a los que no están dentro del matrimonio… a los que están susceptibles de caer en lujuria pecaminosa nos trae aún más luz:

    Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo (soltero);
    pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando (con lujuria).
    1 Corintios7.8-9

    Note aquí que Pablo da por sentado que los más vulnerables a sentir lujuria y a pecar por ella son los “solteros y los viudos”. ¿Por qué? Porque no tienen quién le eche agua a lo que los quema… que es la lujuria... que viene aumentada cuando las pasiones naturales sexuales son son satisfechas por la pareja. Esta es la razón por la que Dios quiere que solamente "apaguemos ese fuego" dentro del matrimonio.

    Así que en vez de quemar esta lujuria natural en el hombre dirigiéndose a páginas asquerosas llenas de prostitutas en imágenes pornográficas, queme esa potencial lujuria nosiva con su esposa. Cómprele ropa íntima bonita, sexy, que cuando usted vea a su esposa, el diablo no tenga espacio para hacerlo caer con la mujer del vecino o con la joven adolescente que viene a visitar a su hija los fines de semana.

    Toda mujer sabia, que sabe construir su hogar, sabe estos secretos. Las que no lo saben ni lo aplican, terminan con sus maridos rabiosos, vacíos, insatisfechos y frustrados... ¡y el diablo contento por otro matrimonio cristiano más que va rumbo al divorcio!

    Hay mas divorcios dentro de la Iglesia "evangelica" en EE.UU. que en la poblacion impía. ¿Por que?

    En gran medida, porque hay uno de los dos que se cree que el matrimonio fue para tener una companera que "cocine, lave los platos, planche, limpie la casa y se acueste ahi" (absolutamente vacías de sus necesidades emocionales), mientras el otro hipocrita, se da sus vueltecitas por las páginas de porno, mira a las hermanitas durante los servicios del la iglesia con morbo y hace pensamientos.... Sñolo porque se supone que seamos "santos"... ¡¡¡Y EL PUEBLO PERDIENDOSE POR FALTA DE CONOCIMIENTO!!!!!

    Por el otro lado, tenemos a mujeres que están siendo mal instruídas por líderes ignorantes e hipócristas, haciéndoles creer que la "santidad" y el sexo dentro del matrimonio tiene algo qué ver y entonces tienen a esposos vacíos, solamente soñando con la joven bella y sexy con quienes se casaron, pero ahora lo que tienen es a una vieja en la casa, con un mal olor horrible siempre en su pelo (tal vez peinándose con aceite de coco), porque supuestamente "es santa". Una compañera que cuando era joven vestía sexy, y por eso su compañero se casó con ella, y ahora se ha transformado en una estatua con más rollos de ropa que una de las mujeres del Talibán, que no se deja ver, que no atrae a su esposo, que no lo emociona... y que piensa que todo irá bien si sigue así. Pero el diablo, que ni duerme ni descansa, está tramando para romper ese matrimonio y luego todo el mundo se pregunta... ¿Y qué paso?

    Oh, que el esposo conoció una chica que lo hace sentir que es un hombre otra vez y dejó a su cónyugue... (sin razón), pero por la idiotez del otro cónyugue al no entender que un hombre a quien no se le da buena comida y buen sexo... es un esposo en estado peligroso. ¡Así de sencillo!

    Más artículos para la familia cristiana... Para que el diablo no haga estragos en sus matrimonios!!!

    Lic. Dawlin A. Ureña