Con el síndrome respiratorio agudo y severo (SARS) matando personas diariamente y regándose como fuego en verano, he recibido preguntas sobre si este virus asesino podría tratarse de una de las plagas profetizadas en la Biblia para los tiempos del fin.
Conforme a los informes de la Organización Mundial de la Salud, el SARS (por sus siglas en Inglés), dio un salto de animales a humanos. En China, donde el virus ha atacado con mayor fuerza, en la provincia sureña de Guangdong, los animales viven muy cercanamente con los humanos. Cuando nos referimos a animales o a humanos, en China el promedio aumenta increíblemente. Este es el país más poblado en el planeta. Estos humanos habitan junto a millones de animales en condiciones que sanitariamente se considerarían inimaginables hasta en países tercermundistas. El calor, las condiciones sanitarias, la humedad, el aire contaminado, la superpoblación, la pobreza, etc. son solamente algunas condiciones que podríamos mencionar como la "incubadora perfecta" para que una enfermedad dé el salto de animales a humanos.
El primer caso de SARS del que se tiene referencia sucedió el año pasado, en noviembre, cuando un comerciante chino vino al hospital y el primer caso de SARS fue detectado. Para el mes de febrero, cientos de personas tenían los mismos síntomas, los que son comparados con casos de neumonía severa.
Según la Prensa Asociada, para hoy, 12 de mayo de 2003, el SARS era considerado por al muerte de más de 380 personas en todo el mundo, además de más de 6,000 personas infectadas. Los muertos y los infectados se encuentran en todo el mundo. Desde Vietnam hasta Canadá. Desde Estados Unidos hasta China.
Este nuevo super virus tiene una asombrosa capacidad de mutar, lo que hace su tratamiento mucho más difícil. Hoy se lucha con un tipo de SARS y mañana se lucha con una intensidad del SARS totalmente diferente. La invención de una cura para este virus será una carrera cuesta arriba muy difícil de alcanzar.
Naciones como China, Hong Kong, Estados Unidos, Singapur y Canadá han recurrido al uso de medidas extremas para evitar la propagación del virus, llegando al extremo de cerrar fronteras, aislar comunidades enteras, hospitales y hasta escuelas. Países están prohibiendo la entrada de ciudadanos de ciertos países y hasta están devolviendo personas que llegaron a sus aeropuertos, pero que se sospecha podrían ser portadores de SARS.
China, por ejemplo, ha ordenado el cierre de teatros, discotecas y de bares de Internet en su capital Pekín.
En el libro de Mateo, Jesús nos advierte que en los últimos tiempos vendrían terribles enfermedades y plagas que serían una de las señales de que nos acercábamos a su retorno. Y aunque en el pasado reciente, me refiero a los últimos 40 años, hemos recibido una amalgama de plagas, la humanidad parece inmutable y totalmente ajena a la señal que Dios nos está enviando.
El SIDA se contagia principalmente a través del contacto sexual y entre los homosexuales es donde tiene mayor índice de contagio. Aunque la prensa no nos hable de ello, el SIDA está reduciendo la población de países completos en África, especialmente en Sudáfrica.
La enfermedad llamada Ebola, que también es extremadamente contagiosa, es también letal y ha habido varios ataques de ella en países pobres de África.
Pero debido a que el SARS se trasmite a través del aire, como se transmite una gripe o un resfriado regulares, el potencial de que la misma se convierta en una plaga de proporciones apocalípticas es una posibilidad que se encuentra tocando la puerta. Si esta pestilencia continua fuera de control, estaríamos hablando de una Nueva Plaga Negra, y junto al SIDA, tendríamos una combinación que en unos años podría matar tanta gente que los augurios bíblicos podrían comenzar a dejar de ser motivos de burla.
"Se levantará nación contra nación y reino contra reino; y habrá pestes… en diferentes lugares. Pero todo esto es solo principio de dolores"(Mateo. 24:7-8).
El SARS, la Vaca Loca, la Gripe del Pollo, y muchas otras plagas recientes no son más que algunos de los dolores de parte que prometió Jesús. Todas estas plagas son de proporciones extraordinarias, especialmente cuando consideramos las consecuencias que tienen. Pero el hombre ha endurecido su corazón y no parece atender a las profecías que anunciaban que sucederían.
Sin embargo, aunque estas plagas son terribles, no son ni cercanas en proporción a otras que la Biblia anuncia para los venideros días de la Gran Tribulación. La buena noticia es que la Iglesia se marchará de la tierra antes de estas cosas terribles que comenzarán a suceder en cualquier momento.
Pastor Dawlin A. Ureña
Cambita, San Cristóbal. República Dominicana
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