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Antes de comenzar a responder, lo primero que se debe entender sobre el juicio final, es que no puede evitarse, y por eso se llama "el juicio final", o el Juicio ante el Trono Blanco.
El juicio ante el gran trono blanco:
Apocalipsis 20:11-15 "Vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo y ningún lugar se halló ya para ellos. 12 Y vi los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios. Los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida. Y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. 13 El mar entregó los muertos que había en él, y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos, y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14 La muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Ésta es la muerte segunda. 15 El que no se halló inscrito en el libro de la vida, fue lanzado al lago de fuego."
Como vemos aquí, no importa si usted cree en el Arrebatamiento, o no cree que Cristo viene en lo absoluto. Si usted no estuvo en el primer juicio, en el Juicio ante el Tribunal de Cristo, y usted despierta para estar en este juicio, usted irá al infierno irremediablemente.
Todos, absolutamente todos: aquellos que se hicieron pasar por cristianos, ateos, miembros de las religiones falsas, materialistas, agnósticos, ex presidentes, liberales de todos los sabores, falsos maestros, herejes, etc., ¡Todo los perdidos, de todos los tiempos, ahí estarán!
Este notable pasaje nos introduce al juicio final - el fin de la historia humana y el principio del estado eterno de perdición de la gran multitud que de seguro estará presente allí.
Podemos estar seguros de una cosa: el Juez no cometerá ningún error en las audiencias en ese juicio, porque seremos juzgados por un Dios perfecto.
"Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto… Dios es luz y no hay ningunas tinieblas en él" Mateo 5:48 y 1 Juan 1:5
Yo imagino que allí habrán grandes pantallas en las que todos, los ya salvos y juzgados por Cristo para decidir qué tipo de recompensa recibimos por lo que hicimos una vez fuimos salvos, y los que todavía esperan ser juzgados, verán que lanzar al infierno a los juzgados se justifica ante toda luz… porque lo merecen.
Este juicio se caracterizará por muchas pruebas innegables.
Primero, Dios será perfectamente justo y equitativo (Hechos 10:34; Gálatas 3:28).
Segundo, Dios no puede ser engañado (Gálatas 6:7).
Tercero, Dios no se deja llevar por prejuicios, excusas o mentiras (Lucas 14:16-24).
Si usted pecó y no tiene Abogado, usted será encontrado culpable y por tanto, lanzado al Lago de Fuego y Azufre para siempre. Ahora bien, pedir que Jesús venga a su defensa, ya a esa altura del juego, será imposible. Para eso usted vivió 20, 40 ó 70 años… y durante todos ellos, o fingió tenerle, pero hizo la voluntad del diablo, o nunca lo tuvo. Ya será tarde.
Como Dios Hijo, Jesucristo será el juez (Juan 5:22). Todos los incrédulos serán juzgados por Cristo ante el "gran trono blanco," y serán castigados de acuerdo a las obras que hayan hecho.
La Biblia es muy clara en que los incrédulos están acumulando ira contra ellos mismos.
"Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios." Romanos 2:5
Dios "pagará a cada uno conforme a sus obras" (Romanos 2:6).
Recuerde lo que dije antes: Los creyentes también serán juzgados, pero en un juicio diferente llamado "el tribunal de Cristo".
"Tú, pues ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano?, porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo." Romanos 14:10.
Entonces, ese día, ninguno de nosotros seremos encontrados culpables, ya que la justicia de Cristo ha sido imputada a nosotros y nuestros nombres están escritos en el Libro de la Vida, y nosotros seremos recompensados, no castigados, de acuerdo a nuestras obras.
En el juicio final, el destino de los no salvos estará en las manos del Dios omnisciente, quien juzgará a cada uno conforme a la condición de su alma. De Él, nada ha quedado oculto. Todas las vagabunderías que los que se han hecho pasar por "cristianos" se verán y entonces sabremos quién es quién.
Hermanos, debemos elegir dónde estaremos, al aceptar o rechazar el sacrificio que Cristo hizo por nosotros, y debemos tomar esa decisión antes que nuestras vidas físicas en este mundo lleguen a su fin.
Después de la muerte, ya no habrá oportunidad de elegir - la vida nos fue dada para justamente eso… para que elijamos. ¿Dónde quiere su juicio? Ante el Tribunal de Cristo, donde por poco que le toque, al menos estará en el cielo para siempre o ante el trono de Dios, donde "todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta."
"Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta." Hebreos 4:13.
De Dios no escondemos nada. ¡Nada!
Romanos 2:6 declara que "Dios pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en hacer el bien, buscan gloria, honra e inmortalidad" o "condenación eterna" a los que mueran si Cristo Jesús.
Pastor Dawlin A. Ureña
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