Pastor Ureña, ¿Cómo puedo llegar a ser feliz?
¿Qué haría falta para que usted sea realmente feliz? ¿Implicaría dinero, fama, posesiones, o un cambio de imagen total del cuerpo? El mundo nos dice que tenemos que ser ricos, famosos, delgados, populares y de gran alcance para experimentar la felicidad. Pero la Biblia nos dice todo lo contrario. ¿A quién creer?
La gente en los tiempos de Jesús experimentó la misma confusión que nosotros acerca de la fuente de la felicidad. La gente creía que la felicidad dependía de la riqueza, del poder o el status social. Incluso los amigos más cercanos de Jesús peleaban por quién tendría cargos de importancia en su reino.
Jesús sabía que era importante aclarar cualquier confusión. Sus enseñanzas sobre la ladera de una montaña eran revolucionarios, dando un giro radical a cómo la gente veía la realidad.
Lo primero es que la Biblia nisiquiera usa la palabra "felicidad" como algo que Dios ambicione para nosotros. La Biblia nos habla de tener "paz", "gozo", "santidad", etc., pero la felicidad como se define hoy, y como la busca la gente, en las telenovelas, por ejemplo, es algo que Dios nunca planificó para el ser humano.
Antes de que veamos lo que dijo Jesús acerca de la VERDADERA felicidad, vamos a examinar lo que nos impediría tener lo que Dios sí quiere para nosotros:
Lo que nos roba el gozo
1. El miedo -El miedo y la preocupación son gemelos no deseados. El mayor subproducto de estos dos es la falta de gozo. Cuando estamos en constante temor, nos preocupamos, y cuando estamos preocupados, perdemos de vista las cosas positivas en la vida. Muchas personas desperdician energía y oportunidades por preocuparse por cosas que nunca sucededrán y sobre las que en realidad, no tienen ningún control. La felicidad es pasajera, pero el gozo es estar seguros de que Dios está a cargo.
"Por nada estéis angustiados, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús." Filipenses 4: 6-7
2. La ingratitud -¿Alguna vez ha estado cerca de los que son críticos de todo y de todos? Nada les gusta y es agotador tratar de tener una relación con ellos. Las personas que son ingratas rara vez experimentan gozo o "felicidad". Están demasiado ocupadas con quejarse y señalar los problemas de los demás para apreciar lo que tienen.
"En la gran congregación te daré gracias; entre mucha gente te alabaré." Salmos 35:18
3. El egoísmo - Una persona centradaen sí mismatiene dificultades para comprender la "felicidad", que como ya vimos, en realidad es el gozo. Los que son egocéntricos tienen visión de túnel. Siempre están trabajando duro para asegurarse de que reciben el respeto, la atención y las posesiones materiales que piensan que se merecen. Los egoístas rara vez disfrutan de los placeres de la vida diaria.
"En todo os mostré que así, trabajando, debéis ayudar a los débiles, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: "Más bienaventurado es dar que recibir." Hechos 20:35
4. Los celos - A menudo estamos tan ocupados mirando lo que otros tienen que no nos damos cuenta de nuestras propias bendiciones. Usted puede perder una gran cantidad de tiempo deseando las cosas que realmente no lesdarán paz una vez lleguen. A menudo magnificamos e idolatramos la verdadera imagen de la vida de otra persona, no viendo cuán bendecidos somos nosotros mismos por todo lo que tenemos.
"No tengas envidia de los hombres malos,Ni desees estar con ellos; Porque su corazón piensa en robar,E iniquidad hablan sus labios. Con sabiduría se edificará la casa, y con prudencia se afirmará" Prov. 24:1-3
Las enseñanzas de Jesús sobre la "felicidad" son muy diferentes de lo que afirma el mundo. De hecho, para algunos, sus instrucciones no tenían sentido y hoy, a juzgar por la forma en la que predican algunos, tampoco tienen sentido:
Secretos de la felicidad real:
1. Caminar humildemente - Es difícil para los que son orgullosos entender la humildad, pero es una cualidad que Jesús enfatizó. Condenó a los que se elevaban a sí mismos. Dios manda en el Antiguo Testamento: "¡Ya se te ha declarado lo que es bueno! Ya se te ha dicho lo que de ti espera el SEÑOR: Practicar la justicia, amar la misericordia,y humillarte ante tu Dios." (Miqueas 6:8).
2. Vive una vida controlada por Dios - Poner a Dios en el centro de su vida va de la mano con la humildad. Buscar a Dios en la toma de decisiones y en todas las actividades de la vida conduce a la felicidad, porque esto nos pone en línea con su voluntad para nuestras vidas.
Se requiere un esfuerzo para llevar una vida recta. Es nuestra naturaleza poner "yo" en primer lugar, así que tome la decisión cada día para concentrarse espiritualmente y poner a Dios en el centro de sus actividades y decisiones (Lucas 9:23). No tenga una "Trinidad" propia que diga que todo tiene que ser para el beneficio de "Yo. Yo mismo y este que está aquí".
3. Disfrute de la salvación - Como seres humanos, tenemos una dificultad para ver las cosas en perspectiva.
Por lo general, estamos enfocados en lo que está sucediendo en este momento y se nos olvida que tenemos promesas de ayuda para hoy y esperanza para la eternidad. Parte de la salvación viene dada en disfrutar y aprovechar la fuente de fuerza que tenemos por la fe en Cristo.
Recuerde que cualquier frustración o dificultad que esté experimentando ahora no va a durar para siempre. "Alégrate, joven, en tu juventud; deja que tu corazón disfrute de la adolescencia." (Eclesiastés 11:9)
4. Estar satisfechos o estar conformes - Algunas personas nunca están satisfechas con sus actuales circunstancias. Siempre quieren más cosas y mejores cosas.
El apóstol Pablo dijo: "Es cierto que con la verdadera religión se obtienen grandes ganancias, pero sólo si uno está satisfecho con lo que tiene." (1 Timoteo 6:6).
Aprenda a reconocer las bendiciones que ya tienes. Esaes la clave para la verdadera "felicidad".
Esas bendiciones pueden o no ser posesiones materiales o una linda apariencia. Tómese su tiempo para considerar sus bendiciones.
5. Muestre misericordia/compasión - Si queremos ser tratados con compasión, tenemos que ser misericordiosos con los demás. Es posible que la misericordia no sea parte de su personalidad, pero Jesús no lo consideró unaopción. Así que empiece a cultivar la piedad y la compasión hacia los demás.
6. Busque la paz con todos los que estén dispuestos -Hablar mal de los demás por lo general funciona como un bumerang: se vuelve contra nosotros mismos.
Es fácil chismear o calumniar cuando se tiene la atención de todos y estás consiguiendo las risas de todos con tus comentarios. O tal vez tus palabras regularmente enojan a los demás cuandopudiste haber guardado silencio.
Piensa antes de hablar. Las palabras pueden herir peor que los golpes físicos. ¿Cómo te sentirías tú si fueras el blanco de las palabras hirientes de alguien?
Dios nos hace responsables de cada palabra de odio que hiera o cause problemas.
Finalmente, la gente empezará a desconfiar de tiy te evitará.
"Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos." (Romanos 12:18).
7. Ser positivos - La mayoría de nosotros necesitamos un ajuste de actitud para experimentar la "felicidad".
"La felicidad" es una elección, más que un resultado de las circunstancias y entornos.
Ser feliz no significa que todo tiene que ir a tu manera. Vamos a tener problemas en la vida, pero al final tenemos la victoria en Cristo. Ser "feliz" significa que trabajas duro para que las cosas salgan como tú piensas que deben salir, pero si no es así, descanzar en el hecho de que Dios sí sabe qué es lo más conveniente y al final y al cabo, Él está en control.
"En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo."(Juan 16:33b).
¿Usted quiere una relación con Dios?
Si desea tener el tipo de relación con Dios que hemos descrito aquí, conforme a la Biblia, haga esta oración ahora mismo con nosotros, en voz alta, creyéndolo en su corazón, y Dios hará un milagro en su vida:
Señor Jesucristo, creo que tomaste el dolor de la cruz para darme una nueva vida. Te pido que entres en mi vida y me des tu paz y alegría que tanto necesito. Yo confieso que soy un pecador - que he hecho las cosas a mi manera y que he hecho mal. De todo ello, me arrepiento. Por favor, perdóname por mis pecados. Te recibo ahora como mi Señor y Salvador. Por favor lléname con tu Espíritu Santo. Ayúdame a seguirte y servirte toda mi vida. En el nombre de Jesús. Amén.
Si usted hizo esta oración, ahora es un hijo de Dios. Las cosas de tu antigua vida han pasado y Él ha hecho todas las cosas nuevas.
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