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    Autor: Dawlin A. Ureña PhD.
    (El Doctor Ureña es Pastor, y miembro de la Asociación Científica
    CRS - Creation Research Society)
    ¿Puede un pecador acusar a otro pecador de pecado?

    Jesús se fue al Monte de los Olivos. Por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentándose, les enseñaba. Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio y, poniéndola en medio, le dijeron: --Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio, y en la Ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Esto decían probándolo, para tener de qué acusarlo. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: --El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. Pero ellos, al oir esto, acusados por su conciencia, fueron saliendo uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los más jóvenes; solo quedaron Jesús y la mujer que estaba en medio. Enderezándose Jesús y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: --Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: --Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: --Ni yo te condeno; vete y no peques más. Juan 8:1-11

    Aquí claramente vemos un principio establecido. Siempre que una persona se encuentre en pecado y nosotros podamos hacer algo por ayudarla a dejar este pecado y a enderezar su andar, debemos hacerlo con amor. Es imperativo que entendamos que todos somos pecadores y que tenemos que sobrellevarnos en amor y mansedumbre.

    Sin embargo, la Biblia también está llena de situaciones en las que una persona peca y continúa pecando sin importarle el daño que cause. Por ejemplo, un esposo engañando a su esposa con otra mujer. Si este señor es cristiano, los líderes de la iglesia deben hacerle frente para que se arrepienta de su pecado y cambie de actitud. Si no lo hace, no somos nosotros, los hermanos cristianos quienes le acusamos, sino la misma Palabra de Dios, quien le llama "Adúltero".

    En ese sentido, si los hermanos cristianos de la iglesia enfrentan a este hermano descarriado con la realidad de su pecado, no es que uno quiera enfrentarlo simplemente por causarle penar y por que creemos que somos más justos que él, sino porque queremos lo mejor para él, para su esposa, para su familia y para la iglesia de Cristo.

    Entonces, desde ese punto de vista, no es antibíblico que los hermanos de la congregación enfrenten a un hermano en pecado con una acusación de pecado, ya que no son los hermanos quienes le acusan, sino sus propios actos pecaminosos y la misma Palabra de Dios.



    Sin embargo, habiendo dicho esto, no es correcto que nos creamos más santos que Santiago y que comencemos a acusar a todo el que, a nuestro parecer, no está haciendo las cosas conforme a nuestra opinión o a nuestra interpretación de la Palabra.

    ¿Acaso no acusan ustedes en Antesdelfin.com cuando hablan de otras religiones, como la Católica?

    No. Aquí lo que hacemos es, en parte, un ministerio de defensa o Apologético, ordenado por la Biblia, que se encarga de defender nuestra Fe, la Fe Cristiana de herejías, influencias satánicas, sincretismo, etc.

    "Al contrario, santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros." 1 Pedro 3:15

    Los Cristianos verdaderos debemos evitar acusarnos innecesariamente, especialmente cuando las motivaciones segundas no son santas, ya que lo que menos necesitamos en estos momentos determinantes de la historia humana son más acusadores.

    Nos dice la Biblia que Satanás nos está acusando ante el trono de Dios día y noche. Lo que necesitamos es "sobrellevarnos los unos a los otros" con paciencia y con mansedumbre para que todos alcancemos la gloria de nuestro Señor Jesucristo.

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