Primero, definamos lo que es un Profeta:
"Un profeta era una persona que hacía las funciones de vocero de Dios; él hablaba en el nombre de Dios y por Su autoridad (Éxodo 7:1). El profeta es la boca a través de la cual Dios habla a los hombres (Jeremías 1:9; Isaías 51:16), y por lo tanto, el profeta no dice lo del hombre, sino lo de Dios (2 Pedro 1:20, 21; Hebreos 3:7; Hechos 4:25; 28:25)." Diccionario Bíblico Easton
Esta definición coloca una carga inmensa sobre cualquier hombre que en el presente reclame ser profeta.
Ahora pasemos a lo que es un Falso Profeta:
"Un falso profeta es un hombre que reclame hablar en nombre de Dios, pero que en realidad no sea así."
La Biblia nos proporciona la fórmula precisa para saber quién es profeta de Dios y quién es un farsante:
"El profeta que tuviere la presunción de hablar palabra en mi nombre, a quien yo no le haya mandado hablar…el tal profeta deberá morir" Deuteronomio 18:21
En resumen, desde el momento mismo en que una persona, hablando en público o de manera privada dice: "Dios me dijo...", esa persona se está dando el título de Profeta, ya que está reclamando que él se ha convertido en un vocero de Dios.
Hace varios años un evangelista muy famoso fue a predicar a la capital de la provincia de donde yo provengo. Durante su intervención el evangelista dijo, entre otras cosas, que Dios le había dicho que el gigantesco auditorio donde se encontraban reunidos los miles de hermanos y hermanas que le escuchaban, iba a ser dado por Dios a la Iglesia de esa provincia.
Ese auditorio pertenece a una universidad católica, totalmente autónoma del gobierno, y han pasado por lo menos 5 años de la profecía y ni se ha cumplido la profecía ni la universidad aludida ha dado muestras de que desee deshacerse de su mayor y más preciado auditorio. Si esta profecía no se cumple, sin importar cuán famoso y respetado haya sido el profeta, este evangelista dijo una profecía falsa, lo que lo convierte, conforme la porción bíblica a continuación, en un "Falso Profeta"
"Tal vez digas en tu corazón: "¿Cómo conoceremos que esta no es palabra de Jehová?" 22 Si el profeta habla en nombre de Jehová, y no se cumple ni acontece lo que dijo, esa palabra no es de Jehová. Por presunción habló el tal profeta; no tengas temor de él." Deuteronomio 18:21-22
Si a mí me tocara parafrasear la última porción de Deuteronomio 18, yo dijera, "Por presunción habló el tal profeta; no tengas temor de él porque es un charlatán".
Cada vez que yo escucho estos cristianos diciendo: "Dios me dijo...", me dan ganas de marcharme de su frente. Si usted es uno de esas personas que a diario, para darle valor a lo que está diciendo, dice que "Dios le dijo esto y esto", téngase mucho cuidado. Un día tendrá que pagar por la "presunción" de hablar en nombre de Dios sin en realidad Dios haberle dicho nada a usted.
Mejor diga: "Yo siento que el Espíritu ha colocado en mi corazón decirte..." o "Esta es mi opinión... y creo que el Espíritu de Dios está de acuerdo con lo que dije."
¡Señores, decir que Dios le dijo algo a usted es darse el mismo título de Isaías, Daniel o Pablo!, y lo penoso es que la Iglesia Hispana está llena de personas que hacen estas cosas.
¡Yo no invitaría a ningún llamado "profeta" a mi iglesia a predicar ni a hacer nada! Si Dios quiere decirme algo, Él me lo dirá a mí primero, y después Él buscará la forma de confirmármelo". Dios es un Dios de orden, no un loco que anda enviando mensajes, como que si cuando Él escribió la Biblia, se le olvidó algo. Invitar a un "profeta" a su iglesia es equivalente a lo que en inglés se llamaría "message on demand", o mensajes por demanda. No existe un solo aspecto de nuestra vida que la Biblia no nos proporcione luz. Dios nos dejó la Biblia para esos fines. ¡Para orientarnos!
En mi propio pueblo natal, hace unos años una iglesia local cometió el error de invitar a un llamado "profeta" a predicar en un estadio, la primera noche el "profeta" dijo que Dios enviaría "aceite del cielo" esa noche. ¡Esa noche no cayó ni maná del cielo!, sin embargo, lo dejaron continuar predicando el día siguiente. ¡No lo dejen tomar un micrófono más! ¡Es un falso profeta!
Dios sí habla a sus hijos y Dios sí tiene profetas hoy día. Sin embargo, de algo si estoy seguro: estos auténticos profetas no andan de iglesia en iglesia dando mensajes por demanda.
¿Puede un falso profeta saber cosas de la vida privada de un hijo de Dios sin que sea Dios quien se las revele?
Asumiendo que la persona a que aquí nos referimos es en verdad un "Falso Profeta", la respuesta a esta pregunta es positiva. Existen demonios familiares que han sido asignados a su familia y a usted (así como a usted le son asignados ángeles una vez viene a los pies de Cristo). Estos demonios le pueden comunicar secretos personales a un "Falso Profeta" y parecer que fue Dios quién proveyó la información.
Sin embargo, esto es algo que se debe juzgar a la luz del testimonio del profeta. Acusar a alguien de ser un falso profeta es un acto muy grave, especialmente si no se cuenta con evidencias para confirmarlo.
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