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La razón principal por la que Hitler odiaba a los Judíos era porque él, como instrumento de Satanás en la tierra, debido a la infiltración de ideas de superioridad Aria en su mentalidad (gracias a Darwin y el Evolucionismo), odiaba al Pueblo de Dios. Hitler no es el primero en invocar ideas tomadas de la Biblia para cometer sus atrocidades. Cualquier libro tomado fuera de contexto puede convertirse en una bomba de tiempo. La Biblia en manos inapropiadas, manos maliciosas y manos satánicas se convierte en un enemigo, en vez de lo que Dios intentó que fuera, un amigo a través del cual hablarte. De hecho, cuando Jesús fue tentado por el mismo Satanás, ¿Qué uso Satanás para tentar a Jesús? ¡La Palabra de Dios! ¿Pero con qué lo derrotó Jesús? Con la misma Palabra de Dios. Pero no tomada fuera de contexto, ¡sino aplicada como debe ser!
Sólo aquel que tiene el Espíritu Santo puede entender las cosas de Dios escritas en la Biblia. ¿Cómo puede un ignorante, limitado, finito y mortal hombre entender las grandes maravillas de un Dios Omnisciente, Eterno, Infinito e Inmortal? Antes de yo ser salvo y por tanto, antes de contar con el Espíritu de Dios para que me revelase la Palabra de Dios, yo solía leer la Biblia con la única y exclusiva intención de contradecirla, encontrar "errores" en ella y para atacar a los creyentes. Pero así como Dios agarró al Apóstol Pablo y le dio un remenión, así me agarró el Señor a mí y me hizo admitir que yo siempre creí en Él, que los disparates que alegaba contra él eran fruto de mi rebeldía. El problema real era que si yo lo admitía, tendría que cambiar de vida y yo no quería hacer eso.
Este odio hacia el pueblo de Dios no es característico en personajes notorios como Hitler, sino que este sentimiento es típico de todo aquel que odia a Dios y a sus leyes. Hoy día, como los judíos no son los únicos que reclaman creer en el Dios verdadero, muchos han cambiado su agresión y ya no lo hacen en forma de asesinato en masa, sino que lo hacen a través del asesinato de todo lo que se llame cristiano e intentan idílicamente desaparecer todo lo que tenga que ver con Dios y su Salvador Jesucristo. Entre los grupos que intentan lograr esta "noble" hazaña se encuentran los Evolucionistas.
Este odio erradicado en lo más profundo del corazón de los que odian a Dios y su justicia es la razón por la que algunas personas nos acusan de ser "mentirosos", instigadores, "intolerantes" y otros términos despectivos.
La raíz del odio hacia el pueblo Judío de parte de Hitler estuvo basado en su convicción de la superioridad de la raza Aria sobre la Raza Judía, la cual se encontraba inclusive por debajo de la negra en la tabla de la progresión evolutiva del hombre inventada por el Demonio. Pero más allá de sus creencias en la Evolución, Hitler tenía un maestro. Su maestro era el enemigo de Dios. Ese maestro es Satanás y todo aquel que odie a Dios y a su gente (Judíos y Cristianos) no es de Dios y a no ser que se arrepienta tendrá el mismo ineludible y espeluznante destino de Hitler: la separación eterna de Dios en el infierno.
Pastor Dawlin A. Ureña
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