En el ambiente político actual no hay un liderazgo efectivo en el mundo. Todas las naciones carecen de líderes competentes y fuertes capaces de dirimir con los problemas domésticos y foráneos. Los Estados Unidos, que han sido el líder mundial por los últimos 50 años, han ido perdiendo paulatinamente su influencia sobre otras naciones porque sus líderes políticos no tienen un interior moral que dirija su toma de decisiones. No obstante, este desprestigio y disgusto del gobierno y de los líderes gubernamentales no son sólo un fenómeno estadounidense, sino un tema común en Europa, Sudamérica, Asia y el mundo entero.
Dado este vacío de liderazgo en el mundo, ahora es la oportunidad de que surja un hombre que sea muy carismático, fuerte y atraiga a las personas de todas las naciones. Basados en las profecías de la Biblia, dicho hombre surgirá, y él tendrá éxito en unir a las diversas naciones para gobernar como un dictador.
El movimiento para unir al mundo bajo un solo gobierno ha sido activo desde los inicios de los 50's, y en años recientes esto se ha convertido en una realidad, dado que muchas naciones han otorgado su soberanía a las Naciones Unidas durante la intervención armada de conflictos (por ejemplo, Kuwait, Somalia, Bosnia). En estos conflictos, las naciones del mundo otorgaron soldados y equipo para ser utilizados bajo la bandera de las Naciones Unidas. En esas situaciones, los Estados Unidos de América rindieron su soberanía a naciones mucho más débiles, permitiendo que sus militares fueran controlados por esas naciones. Adicionalmente a esas acciones militares, las naciones del mundo también han pactado controles de comercio y prácticas laborales con tratados internacionales tales como el TLC y el GATT.
No hay una nación dominante que proporcione liderazgo al mundo, por lo que el escenario está puesto para que de las masas surja un hombre para unir al mundo como dictador. Ese hombre es el popularmente conocido como El Anticristo.