JOSE BRECHNER
El apoyo del Congreso de los Estados Unidos a Benjamín Netanyahu en contraste con la destructiva postura de Barack Obama de volver a las fronteras de 1967, es la más elocuente demostración de soporte que ha recibido Israel y el más duro revés que ha recibido de sus propios legisladores un presidente norteamericano en ejercicio.
Netanyahu fue aplaudido y en momentos ovacionado en el Legislativo 59 veces, 26 con los congresales de ambos bandos de pié.
La extraordinaria expresión de afinidad con el Primer Ministro israelí, en el podio más importante de los Estados Unidos, corrobora la desconexión que sufre Obama con la realidad.
Obama y su teleprompter, más sus asesores, tan duchos como él, son lo peor que le ha sucedido a Norteamérica y el mundo libre desde Jimmy Carter.
Desde que llegó a la Casa Blanca no vivimos en un planeta más seguro, pacífico, democrático, ni ecológicamente correcto. El mundo no está mejor en nada. Al contrario, Estados Unidos pierde espacio en el ámbito económico, en foros internacionales y en sus relaciones con los demás países. Con gran parte de Latinoamérica ni siquiera se habla.
El Medio Oriente; de la “Primavera” va a pasar a un invierno regimentado por los musulmanes radicales, tal vez antes de que se le acabe su periodo presidencial y, la Gran Revolución Islámica se volcará con todo contra el Gran Satán.
Desgraciadamente todavía no se avizora un candidato presidencial republicano del gusto masivo para retomar el liderazgo. Las encuestas iniciales en el GOP favorecen a Ron Paul.
Cada vez que este congresista libertario texano de 75 años ha sido contendiente a la presidencia, los resultados de las primarias le han sido favorables, pero nunca logró la nominación final.
A su edad hay que tener el carisma, el sentido del humor, la elegancia y la agilidad de réplica que tenía Ronald Reagan para contrarrestar las arrugas. Ron Paul, no cuenta con todos esos atributos y el puesto republicano seguirá vacante hasta que aparezca un postulante joven.
Sarah Palin se sobreexpuso hasta cansar. Por más juventud, belleza, energía y sentido común que tenga, se ha convertido en una presencia irritante.
Mitt Romney es mormón. Secta cristiana que es considerada un “culto” por gran parte de los norteamericanos a quienes les genera desconfianza.
Mike Huckabee se ha convertido en un exitoso anfitrión televisivo, tiene un futuro asegurado en los medios y prefiere quedarse donde está.
Newt Gingrich es demasiado intelectual para el entendimiento popular, pero es el de mayor experiencia política, tiene ideas claras y capacidad administrativa.
Donald Trump posee el defecto típico de los multimillonarios: es tiránico. Las cosas se deben hacer a su manera o te despide. Los empresarios exitosos usualmente ostentan egos sobredimensionados y son reticentes a aceptar la crítica o el consejo.
Un candidato interesante podría ser Glenn Beck: joven, culto, libertario, políticamente incorrecto, con la cabeza bien puesta y demostrada capacidad de convocatoria. Más no ha divulgado interés por la Casa Blanca.
¿Sin un opositor contundente, podría Obama ganar las elecciones del 2012? Es lo que temen los expertos, pero confiando en el sentido común de los estadounidenses, su reelección es improbable.
El voto en contra se hace cada día más fuerte gracias a la incapacidad del presidente de lidiar en cualquier frente.Falla en los temas de fondo que requieren de análisis exhaustivo; como también en los de protocolo, que son fáciles de aprender en una sola clase hasta para un niño de 10 años.
Las vergüenzas; de fondo, con Netanyahu, quien le dio una lección de geopolítica básica. Y de forma; con la reina Isabel II, en un acto en el que siguió hablando y brindando mientras se tocaba el Himno del Reino Unido, confirman que Mr. Obama no aprendió nada, no solo de política sino de comportamiento. No por casualidad sigue cargando en el bolsillo un papelito con el discurso del minuto.
Lo más asombroso, es que da la impresión de que no hay nadie en su entorno que le enseñe de política internacional ni de buenas maneras. ¿Es que los demócratas no cuentan con una sola persona con clase, experiencia y nivel, que conozca de las normas diplomáticas? La pregunta es retórica. Basta con asistir a una reunión de los republicanos y otra de los demócratas para entender de qué estamos hablando. Estar con los demócratas es compartir con la barra brava en la tribuna popular. Con los republicanos, es sentarse en el palco.