Inglaterra en 1912. Fósiles de, supuestamente un hombre-mono, después de ser presentados como "evidencia irrefutable" de la evolución del hombre, no resultó ser más que un vergonzoso fraude. El descubrimiento se hizo en Inglaterra en 1912.
La falsificación de Piltdown, como se le ha bautizado, estremeció las bases evolucionistas, ya que estos fósiles fueron los más usados para apabullar a los creacionistas por años y años.
Los fragmentos al parecer fosilizados de un cráneo, una mandíbula, y otros especímenes fueron encontrados por Charles Dawson en una formación arenosa en el Feudo de Barkham, en Piltdown Lewes, cerca de Común, Sussex, Inglaterra. La antigüedad de dichas arenas fue reevaluada en 1926 y resultó que tales formaciones no tenían más que unos miles de años. Los científicos llegaron a esta conclusión gracias al hallazgo de otros fósiles datados de fechas mucho más recientes.
Este cráneo usado como evidencia por los evolucionistas fue fraudulentamente formado por una mandíbula y dientes de un orangután, y el diente probablemente de un chimpancé. Se descubrió que todos estos huesos fueron colocados en las arenas por una persona, para que más luego alguien los encontrara y creyera que eran mucho más antiguas de lo que realmente eran. Las pruebas químicas efectuadas a los fósiles revelaron que los fósiles habían sido manchados deliberadamente, algunos con cromo y otros con una solución de sulfato de ácido de hierro. Los dientes, también habían sido groseramente alterados de manera artificial para que parecieran muy antiguos.
La idea de los evolucionistas que participaron en la falsificación era que a Homus Erectus, (entonces conocido como Pitecantropus) se le considerara como el antepasado del hombre moderno.
En 1955 se acusó públicamente a Joseph S. Weiner, paleontólogo de la Universidad de Oxford, y hasta al propio Dawson de la falsificación. Dawson, abogado rural en Sussex y un geólogo aficionado, dijo que él coleccionó los fragmentos de huesos de Piltdown entre 1908 y 1912. Él trajo los especímenes a Arturo Smith Woodward, guardián de la sección de la paleontología del Museo británico, quién a su vez anunció el hallazgo en una reunión de la Sociedad Geológica de Londres en Dic. 18, 1912.