A esa temprana edad, lo que a ellos les interesa saber no puede ser demasiado detallado. Ellos simplemente deben saber los principios, tales como la razón por la que la anatomía de los varones es diferente a la de las hembras; Que las hembras fueron hechas por Dios para que tuvieran bebés y que los varones fueron hechos para ser los padres de los bebés. Deben conocer los nombres apropiados de los órganos sexuales, tales como el pene, la vagina, la glande, etc. Debemos introducirlos a la definición general de los órganos sexuales con la misma familiaridad con que se les han enseñado acerca del corazón, los pulmones o cualquier otro elemento anatómico.
Algo que a menudo resulta clave para mostrarles que el estudio del sexo no es algo único y tabúnico, es usar un diccionario normal. Buscar algunos términos no relacionados, y luego buscar términos sexuales. Leer las definiciones del diccionario. Eso le dará la autoridad al padre que el estudiante está acostumbrado a conferir solamente a sus maestros en la escuela. Eso nos da credibilidad.
El hecho básico es comunicar que el contacto sexual crea bebés y estos bebés son un obsequio especial de Dios que debe solamente obtenerse cuando ocurre el matrimonio. Si ellos aprenden a ver a los niños como el objetivo del sexo, no verán el acto sexual en sí como un instrumento de placer, sino como un medio reproductivo. Debemos hablarles acerca de las inmensas responsabilidades que Dios deposita en un padre y una madre. Debemos afianzar la necesidad de madures, tanto espiritual como física para poder enfrentar la inmensa tarea de criar bebés.
Esos son algunos principios básicos, usted seguramente sabrá cómo adaptarlos a su caso particular.
Pastor Dawlin A. Ureña