La teoría de la evolución sostiene que la
materia inanimada, mediante combinaciones al azar de moléculas, dio
finalmente origen a la vida. En esta sección, examinaremos la
probabilidad matemática de que esto ocurriese. Empero, si usted no está
familiarizado con la notación exponencial no podrá sacarle tanto
provecho como si lo estuviera. Por tanto, para hacer más fácil las cosas
para quienes desconocen la notación exponencial, una simple explicación
e ilustración debiera aclarar las cosas.
Un ejemplo de notación exponencial es 3 2
. Se lee "tres a la dos" o "tres al cuadrado". Esto
significa 3 x 3, o 9. Tres es la base, y 2 es el exponente . El exponente
indica cuántas veces debe multiplicarse la base por sí misma para
obtener el número expresado. Así, 10 2 = 10 x 10 = 100; 2 3
= 2 x 2 x 2 = 8; 10 3 = 10 x 10 x 10 = 1000. Nótese que cuando
la base es diez, el exponente indica el número de ceros después del uno.
Así, 10 2 tiene dos ceros (100), 10 3 tres ceros
(1000), y 10 4 cuatro ceros (10 000). Cuando no se indica
exponente, se entiende que es 1 ( 10 1 = 10). Un exponente
también puede ser negativo; 10 1 = 1/10 ó 0,1; 3 3
significa 1 dividido 3 x 3 x 3 ó 1/27. Cuanto mayor sea el exponente
negativo, menor será el número representado. Veamos la ventaja de esta
notación con una rápida ilustración.
Si usted tomase un trozo de papel de 0,05
mm de espesor, lo cortara en dos, y pusiera las dos mitades una encima de
la otra, tendría un espesor total de 0,1 mm. Si a estos trozos los
cortase por la mitad obtendría cuatro pedazos, que si los cortase por la
mitad darían 8 pedazos, y así sucesivamente. Si uno repitiese la
operación un total de cincuenta veces, ¿cuán alta sería la pila?
Matemáticamente, la ecuación sería 250 trozos de 0,05 mm
cada uno, y la respuesta quedaría expresada en milímetros. Después de
leer esta frase y antes de leer la respuesta, examine de nuevo la
ecuación y piense cuán alta le parece que sería la pila. Adelante,
adivine. ¿Ya lo hizo?
La respuesta es muy sencilla. Hay un solo
problema: no está en milímetros, sino en kilómetros. Exactamente 56 294
995 340 000 kilómetros. Sorprendente, ¿no es cierto? La sorpresa en la
enorme respuesta se debe a la notación exponencial 2 50 que,
dicho sea de paso, equivale a 1 125 899 906 842 624 , es decir mil ciento
veinticinco billones ochocientos noventa y nueve mil novecientos seis
millones ochocientos cuarenta y dos mil seiscientos veinticuatro.
Evidentemente, es más sencillo decir "dos a la cincuenta".
He aquí otra ilustración más simple. El
número total estimado de átomos presentes en el universo es de 1079
, es decir un 1 seguido de 79 ceros. Es mucho más sencillo expresar el
número con un exponente. Esta es la ventaja de la notación exponencial.
Cuando en lo que sigue se cita gente que
emplea esta forma de notación, usted tendrá ahora una idea más clara de
lo que dicen.
La evolución enseña que en el comienzo la
materia inanimada, a través de incontables combinaciones durante un
período larguísimo, llegó a constituir las complejas formas de vida hoy
presentes sobre la tierra. Veamos lo que dicen los expertos.
"Cualquiera familiarizado con el cubo
de Rubik [cubo constituido por cubitos más pequeños con seis colores
diferentes; el juego consiste en que todos los cubos de cada una de las
seis caras queden con el mismo color] admitirá que es casi imposible que
un ciego que moviese las caras al azar resolviese el juego. Ahora
imagínese 1050 ciegos, cada uno con un cubo de Rubik con sus
colores mezclados, e intente concebir la probabilidad de que
simultáneamente todos ellos resolvieran el juego. Entonces uno tendría
la probabilidad de arribar, por mezcla al azar a uno solo de los muchos
biopolímeros [grandes moléculas, como los ácidos nucleicos ADN y ARN, o
las proteínas] de los cuales depende la vida. La noción de que no
solamente los biopolímeros sino además el programa operativo de una
célula viva, pudiese lograrse por azar en una "sopa" orgánica
primordial aquí en la tierra es evidentemente un extremadísimo
disparate."
Esta cita proviende de Sir Fred Hoyle, un
profesor de investigación honorario de la Universidad de Manchester y el
Colegio Universitario de Cardiff. El fue un docente de matemática en la
Universidad de Cambridge. Se trata de un científico conocido y muy
respetado. En su opinión, el desarrollo al azar de la vida en la tierra
es un "extremadísimo disparate."
Hoyle asimismo dice en otro trabajo
dedicado a las biomoléculas:
"... uno debe contemplar no solamente
un único suceso para obtener una enzima, sino un número inmenso de
intentos como los que se supone ocurrieron en una sopa orgánica
tempranamente durante el desarrollo de la Tierra. El problema es que hay
cerca de dos mil enzimas, y la probabilidad de obtenerlas todas en un
ensayo al azar es de solamente 1 en (10 20) 2,000 ó 1 dividido 10 40,000 ,
una probabilidad ridículamente pequeña que difícilmente ocurriría
aunque todo el universo fuese una sopa orgánica."
Lo menos que puede decirse es que la
probabilidad de que los biopolímeros y enzimas formándose y
ensamblándose espontáneamente son, en opinión de Hoyle, "ridículamente
pequeñas."
Otro escritor observa que "La
probabilidad de que la vida se hubiese originado por azar en una de las
1046 ocasiones es pues de 10-255 . La pequeñez de este número
significa que es virtualmente imposible que la vida se haya originado por
una asociación aleatoria de moléculas. La proposición de que una
estructura viviente pudo haber surgido en un único acontecimiento por
medio de una asociación de moléculas al azar debe ser rechazada."
Algunos otros científicos con puntos de
vista similar en lo referente a la biogénesis (origen de la vida) han
hecho comentarios igualmente desalentadores: "Obtener una célula al
azar requeriría por lo menos cien proteínas funcionantes que aparecieran
simultáneamente en un lugar. Esto equivale a cien acontecimientos
simultáneos, cada uno con una probabilidad independiente que
difícilmente pudiera ser superior a 10 20 , lo cual da una
probabilidad máxima combinada de 10 2000 ."
Hay muchas citas similares disponibles,
pero estas pocas son representativas de la inmensa improbabilidad
matemática de que la vida se formase espontáneamente en cualquier parte
de la tierra. Las probabilidades están decididamente contra ello. Es
imposible. Los evolucionistas, sin embargo, no consideran estas cifras de
extrema improbabilidad como obstáculos invencibles. A menudo replican:
"Si la probabilidad es tan pequeña, entonces hay que darle
suficiente tiempo y ocurrirá." Bien, hagamos una prueba con esta
idea.
¿Cuáles son las probabilidades de que se
forme un organismo que tuviese sólo cien partes (ninguna célula viva
tiene tan pocos componentes) si por 30 mil millones de años una más
que generosa estimación de la edad del universo- hubiese un millón de
millones de millones de millones de millones de millones (un sextillón)
combinaciones de sus partes en cada segundo? Esto equivale a 10 36 combinaciones
por segundo. En otras palabras, ¿es este tiempo suficiente? Esto es
fácil de calcular.
La molécula básica del código genético
es el ADN. Cuanto mayor cantidad de partes tiene un organismo, más
complejo es. Las formas biológicas más simples (aunque carecen de
capacidad para reproducirse por sí mismas) son los virus. Un virus tiene
miles de nucleótidos de ADN o ARN o "partes." Para simplificar,
inventemos un virus que tenga sólo cien partes. Si existe sólo una forma
correcta de que las partes se ordenen las probabilidades de que ello
ocurra en un único suceso son de 1/100! . Esta cifra se lee "uno
sobre cien factorial" , y "cien factorial" (100!) significa
100 x 99 x 98 x 97 x 96 x 95 x 94 x 93 x 92 x 91 x 90 x 89 x 88 x 87 x 86 x 85 x 84 x 83 x 82 x 81 x 80....y así sucesivamente hasta ... x 3 x 2 x 1.
Permítame un ejemplo de combinación. Si
uno tuviese dos bloques de madera, ¿de cuántas formas podría
disponerlos en línea recta? La respuesta es 2 , es decir 2 x 1 = 2. Si
tuviese tres bloques, las combinaciones posibles serían 3, ó 3 x 2 x 1
= 6 combinaciones. Si tuviese 4, serían de 4 , ó 24 (4 x 3 x 2 x 1).
Cuanto mayor sea el número de partes,
mayor será el número de combinaciones posible. Técnicamente, las "partes"
de nuestro virus podrían disponerse de manera distinta que una línea
recta, con lo cual crecería muchísimo el número de combinaciones
posibles. Pero estamos siendo generosos aquí. 
Ahora bien, combinar 100 en una línea
recta puede hacerse en aproximadamente 9,33 x 10 157 formas
diferentes. Sin embargo, en el caso de los seres vivos no cualquier
combinación servirá. La vida supone un delicado equilibrio y por tanto
una combinación muy precisa de las partes componentes.
Nuestro problema ahora consiste en
determinar si 30 mil millones de años son suficientes para que 100 partes
se combinen a una tasa de 1036 combinaciones por segundo y ello resulte en
vida. La ecuación es simple. Treinta mil millones de años son 3 x 10 10
años. En segundos, 3 x 10 10 años x 365 (días) x 24 (horas)
x 60 (minutos) x 60 (segundos) este tiempo corresponde a cerca de 9,46 x
10 17 segundos.
Si este número de segundos se multiplica
por el número de combinaciones que ocurren en cada segundo en nuestro
ejemplo, el resultado es 9,46 x 10 17 segundos x 10 36 combinaciones
por segundo = 9,46 x 10 53 combinaciones, que podemos redondear
a 1054 combinaciones. Si bien es un número grande, resulta
extremadamente pequeño comparado con las 10 157 combinaciones
posibles. La resta de 10 157 - 10 53 da 9,999 ... x
10 156 . Por tanto, ni todo el tiempo del mundo está siquiera
cerca de ser suficiente para que una sola célula simple con 100 partes
surja a la vida. La probabilidad no difiere prácticamente de cero. 
Si observásemos células con otros cientos
de partes, restringiésemos el tiempo disponible (unas ocho a diez veces
menor según los propios evolucionistas) y agregásemos algunos detalles
más realistas referentes al número de combinaciones y las condiciones
ambientales, las probabilidades en contra serían todavía muchísimo
mayores. Sin embargo, los evolucionistas sostienen que la formación
espontánea de la vida en la tierra es un hecho. ¿Cómo pueden creer tal
cosa?
Me parece que tienen muchísima menos evidencia de la que tenemos
los cristianos para creer en Jesús.