AntesDelFin.com | ¡Donde todos vendrán
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Anoche me hinqué a orar. Me sentí tan regocijado y a la vez triste y consternado. Le di gracias a mi Dios, a Cristo de Nazaret porque "desde antes de la fundación del mundo" ya Él se había separado para un día postrero sacrificarse por mis pecados y justificarme ante Dios el Padre. Ahí, de rodillas luchaba por no dar crédito a los datos de los que recién me enteraba. Era como si de repente yo hubiese despertado de un sueño en el que adrede yo había decidido no ver las cosas como realmente son. Es como si de repente algo me golpeaba en la cabeza y a partir de ese momento en realidad me di cuenta de lo maravilloso del mundo en que vivía, de lo sublime de "andar en la luz, como Él está en la luz, (y de tener) comunión con mis (verdaderos) hermanos, y con la Sangre de Cristo, el Hijo amado que limpia todo pecado". 1 Juan 1:7. (Paréntesis míos. DAU). Cuándo oraba me preguntaba cómo era posible que tanta gente anduviera en tinieblas cuando todos alegaban basar sus creencias en la Biblia, la Palabra de Dios…Cómo era posible explicar la existencia de tantos grupos, los cuales, después de un estudio imparcial de sus sutiles doctrinas, no resultan ser más que "sinagogas" de aquellas descritas en Apocalipsis 2:9. A veces, los verdaderos cristianos, debido a un estado de apatía sin explicación y que un día nos restará coronas, nos complacemos sentados en el banco de una iglesia, diciendo "Gloria a Dios", alegadamente "salvos" y "listos para irnos en el Rapto", cuando al mismo tiempo, algunos de estos grupos y sectas religiosas se comen vivos a nuestros hijos, familiares, amigos y hasta a nuestros propios hermanos creyentes. ¿Por qué? ¡Por haraganería!, ¡Por excesiva confianza!, ¡Por falta de conocimiento!
Pero… ¿Acaso piensa nuestro amigo lector que yo me considero exento de esta acusación? ¿Acaso piensan ustedes que son muchos los cristianos que en verdad salen de sus "refugios", para investigar, predicar, aconsejar, adquirir conocimiento, ayunar, orar en busca de dirección divina? ¡No! En realidad, yo tengo mucha culpa. Yo confieso no estar haciendo mi trabajo para hacer lo que con tanto encomio el Apóstol Pedro nos pedía que hiciéramos: "Estad preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros" 1 Pedro 3:15. En otras palabras, Pedro nos dice… ¡defienda en lo que usted cree! Pero… si usted no sabe en lo que cree…¿Podrá efectivamente defender su fe, su esperanza, su doctrina religiosa? Cuando Jesucristo se encontraba aún entre sus apóstoles, él les advertía sobre la imperante necesidad de que se mantuvieran SIEMPRE al asecho, siempre guardándose de los "falsos profetas, que vienen a ustedes con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces…" Mateo 7:15. Más adelante, en Mateo 10:16, Jesús nos añade: "He aquí yo los envío como a ovejas en medio de lobos; Sed pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas". Teniendo todo esto pendiente, acompáñenme en la presentación de algunos datos con que me he encontrado concernientes a algunos de estos "lobos". Utilicemos el método sugerido por Cristo para discernir en la separación entre "ovejas" y "lobos". Veamos cuáles son los frutos de un grupo religioso en específico…y "por sus frutos los conoceréis" 7:16. INTRODUCCIÓN En el año 1818, un americano llamado Guillermo Miller comenzó a proclamar que él había calculado la fecha del retorno de Cristo. Este cálculo, según Miller, fue el resultado de 2 años de cuidadosos estudios de la Biblia. Su fuente para la determinación de dicho cálculo fue Daniel 8:12. A su descubrimiento se le bautizó con el nombre: LA PROFECÍA DE LOS 2,300 DÍAS. Asignando un año por cada día, él creyó que los 2,300 días literalmente representaban 2,300 años a partir de la reconstrucción de las paredes de la cuidad de Jerusalén en el año 457 antes de Cristo. Esto significaba que Cristo regresaría a la tierra a instaurar su Reino alrededor del año 1843. (Para un estudio detallado sobre este acontecimiento, solicítenos el juego de 2 cassettes titulado, ¿Tienen los Adventistas el Evangelio Verdadero?) Antes de continuar con esta fascinante historia, permítanme decirles que el hecho mismo de que una persona anuncie la fecha en que el acontecimiento del regreso de Cristo sucedería, fecha que ni siguiera el mismo Jesucristo sabía, cuando dijo: "Pero el día ni la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino solamente el Padre" Mateo 24:36, evidentemente significa que de alguna forma, Dios, actuando misteriosamente, había revelado a un hombre lo que había renegado revelarle ¡a sus ángeles y hasta su propio Hijo! Sin embargo, es importante recordar que la definición de un falso profeta, con Deuteronomio 18:21, es definida como aquel que anuncia que Dios le ha revelado un misterio o que Dios le ha dado un mensaje y al pasar el tiempo fijado, lo prometido no sucede: "El profeta que tuviere la presunción de hablar palabra en mi nombre, a quien yo no le haya mandado hablar…el tal profeta deberá morir" Deut. 18:20. ¡Pero continuemos! A mí me encantan estas historias de estos americanos, 1800 ó 1900 años después de Cristo, alegando que todos los cristianos, incluyendo a Pablo, Pedro, Lucas, Mateo, Juan, Judas, Cristo…¡en realidad no sabían todo lo que hoy ellos saben! Miller mantuvo el descubrimiento en secreto por unos pocos años. Pero llegó un tiempo que la espera se hizo demasiado larga y la "verdad" había que proclamarla. Después de todo, todo aquel que no llegara a escuchar la voz y el mensaje de este llanero solitario, mejor dicho, de este marino mercante, se iba a perder de la salvación. El primer mensaje profético de Miller fue en la casa de su cuñado, en agosto de 1831. ¡Sólo faltaban 12 años para el fin del mundo! El mensaje fue muy bien recibido por los presentes e inmediatamente Miller fue invitado a predicar en varias iglesias locales. En el año 1832 (¡ahora solo faltaban 11 años para el fin del mundo!), Miller publicó su primer escrito relacionado con las profecías. Su éxito no fue tan rotundo como esperaba. Después de todo, había millones de cristianos doctores, profesores, abogados, ingenieros, teólogos, que sabían leer la Biblia y hacer cálculos, quizás mucho mejor que este gringo marino mercante, y para ellos…¿Cómo era posible que ellos no vieran tan claro la "verdad" que veía Miller en las profecías bíblicas? Pero más tarde Miller conoció a Joshua V. Hilmes (no a Pedro, ni a Mateo), ¡No!, a otro americano, el cual se convirtió en el relacionador público de Miller e hizo los arreglos para que éste hiciera sus predicciones en mítines caracterizados por ser celebrados en "grandes tiendas de campaña". ¿Han visto ustedes en el presente a algún otro grupo religioso celebrar mítines proféticos, de esos que asustan a la gente, en grandes casas de campaña? Ahora, era apremiante alimentar el deseo del público por saber una fecha exacta. ¡Ellos querían saber lo que ni Jesús sabía! Pues, el señor Miller cedió, y estableció la fecha para el retorno de Cristo: El 21 de marzo de 1843. El día de Año Nuevo Judío. Inmediatamente se organizó la publicación de un periódico y en tan solo unos meses Miller contaba con miles y miles de adeptos. ¡Fue como una avalancha! Muchos comenzaron a vender sus propiedades en anticipación del "Día". Boston se convirtió en la cede de operaciones del Profeta Guillermo Miller. Los servicios estaban compuestos por personas de todas las ramas religiosas del cristianismo, luteranos, bautistas, católicos, etc. Para el año 1842, no existía un lugar de reuniones lo suficientemente grande para albergar a todos los seguidores de Miller. Aquí es importante resaltar que Miller y su grupo se reunían a adorar… ¡los domingos! En otras palabras, de alguna forma más misteriosa aún que la forma en la que se descubrió la fecha exacta del día del regreso de Cristo, Dios decidió que hasta personas que le adoraban en DOMINGO, por tanto rompiendo el mandamiento de guardar el Sábado, eran dignos de salvación. ¡Sorprendentemente estos fieles se reunían a alabar a Dios los domingos, e iban para el cielo! Cuando llegó la fecha, marzo 21 de 1843, todo pasó sin incidente alguno. ¡Cristo no regresó! Días más tarde, después de cientos de artículos de burla en la prensa mundial, Miller admitió que de alguna forma cometió un error en su cálculo. ¡EL PROFETA SE HABIA EQUIVOCADO Y UNA VEZ MÁS EL EVANGELIO QUEDABA DESACREDITADO! Note que Miler no admitió ser un falso profeta, sino que simplemente había cometido un error de cálculo. Esto es sumamente importante en nuestra búsqueda por la identidad verdadera del culto o secta de los Adventistas. "El profeta que tuviere la presunción de hablar palabra en mi nombre, a quien yo no le haya mandado hablar…el tal profeta deberá morir" Deut. 18:20. Pero la cosa no quedó ahí. El mismo grupo de descabellados fieles que creyó la primera vez, no tuvo la menor dudas de creer la segunda vez. El 14 de agosto de 1844, un seguidor de Miller llamado Samuel S. Snow anunció que Miller simplemente había calculado mal la fecha, que la fecha de la venida del Señor ocurriría un año y medio más tarde. Snow, ¡UN NUEVO PROFETA! dijo que él había recalculado todo y la fecha verdadera era el 22 de octubre del 1844. El movimiento religioso cobró más fervor que nunca y la noche del 22 de octubre es lo que encontré definido en la Enciclopedia Británica con el nombre de "El gran chasco". Hasta los seguidores modernos de estos audaces "profetas"- Miller y Snow, orgullosamente hacen alusión a aquel día y sin vergüenza alguna se refieren al "El gran chasco" como si nada. El Diccionario de la Real Academia Española nos define Chasco de la manera siguiente: "Burla o engaño que se hace a alguien. Decepción que causa a veces un suceso contrario a lo que se esperaba". (Diccionario de la Real Academia Española, Pág. 251. 1983). Al considerar esta definición recuerden la definición de un falso profeta que Dios nos proporciona en Deuteronomio 18:20. Después de esta fecha, los Mileritas, a veces llamados también Adventistas, se desbandaron. Pero…un grupo de fieles se quedó con el gusto de ver a Cristo venir a buscarlos EXCLUSIVAMENTE a ellos; A los ESPECIALES; A los que de alguna forma mostrarían ser más especiales que todos los otros cristianos de todas las épocas; Más listos que todos los grandes pensadores del cristianismo desde de su nacimiento y hasta la época… Después de todo, SÓLO ELLOS TENÍAN DERECHO A ENTERARSE DE LA FECHA SECRETA. ¡NADIE MÁS DEBÍA SABERLA, EXCEPTO ELLOS! "Oid ahora, pueblo necio y sin corazón, que tienes ojos y no ves, que tiene oídos y no oyes - He aquí que (Cristo) viene en las nubes, y todo ojo le verá" Jeremías 5:21… y Apocalipsis 1:7 respectivamente. Estos seguidores acérrimos continuaban sintiendo que después de las dos falsas profecías, el 1844 tenía algún significado profético. Pues en la mañana del 23 de octubre de 1844, Hiram Edson y otro amigo Milerita se encontraban caminando por un maizal en Port Gibson, New York (no en Jerusalén, o en Galilea), sino en New York, y Edson comenzó a proclamar que había tenido una visión desde los cielos ¡DOS PROFETAS ADVENTISTA MÁS! La visión consistía en que los 2,300 días realmente no producían la fecha en la que Cristo regresaría a la tierra, sino la fecha en la que Cristo había pasado del lugar Santo al lugar Santísimo en el templo que hay en el cielo. En otras palabras, una de 5 cosas habían sucedido: 1 - O Miller era un falso profeta y en realidad no fue Dios el que le dio la revelación de la fecha del regreso de su Hijo.
Yo nunca fue muy inteligente. Pero yo les voy a ser sincero... Si cuando yo tenía 5 años de edad, mi papá me hubiese dicho que me subiera en el techo de la casa y me hubiese dicho "Tírate que yo te atrapo" y cuando yo saltaba, mi papá cruzaba los brazos, y este mismo incidente ocurría consecutivamente tres o cuatro veces, yo tendría que ser idiota para continuar saltando y cayendo de pecho en el pavimento. Sin embargo, ¡esto es lo que estos Adventistas (todavía hasta ese momento no del 7MO Día) continuaban haciendo! El Juicio Investigativo Cuando la noticia de la visión de Hiram Edson llegó a los oídos de Miller, éste se rehusó tenazmente a apoyarla (noten que en esta versión del Evangelio según los Adventistas existe una carencia total de los nombres tradicionales en los asuntos cristianos: Pedro, Juan, Lucas, Mateo, Santiago, Pablo…). Por lo menos Miler fue honesto y no continuó el jueguito de profeta… pero en el grupo había gente que no aprendería la lección ¡NUNCA!. Los Mileritas necesitaban una salida rápida y poco dolorosa a la desdichada y VERGONZOSA experiencia del 22 de Octubre. ¡En apenas unos meses, casi el mismo grupo de "escogidos" había abierto los brazos a una nueva doctrina! La casa de Edson se convirtió en la cede de lo que a partir de ese momento se comenzó a llamar Movimiento Adventista (Adventista, porque esperaban el Advenimiento o la llegada de Cristo). Un punto que deseo repetir aquí es que hasta ese momento todos estos "escogidos" habían estado adorando a Dios y a su seguro Salvador, Jesucristo, ¡los domingos! Fue en una reunión en la casa de Edson que un individuo llamado Joseph Bates introdujo la idea de que en vez de adorar los domingos, el grupo debía comenzar a adorar los sábados ya que él lo había leído en un pedazo de papel viejo que se encontró un día sentado en el parque. El artículo en este papel lo había escrito Thomas M. Preble, un líder de lo que en ese momento se conocía como la Iglesia Bautista del 7mo Día. A propósito, este grupo Bautista del 7mo Día ha desaparecido casi completemente del espectro religioso mundial. Una persona que forme parte de tan exquisito grupo como el que todavía se reunía en la casa de Edson, no necesitaba ni siquiera abrir la Biblia para leer: "Por lo tanto, que nadie los critique a ustedes por lo que comen o beben, o por cuestiones tales como días de fiesta, lunas nuevas o los sábados. Todo esto no era más que la sombra de lo que había de venir, la verdadera realidad es Cristo" Colosenses 2:16-17. "Pues es por gracia que han recibido ustedes la salvación por medio de la fe. No es esto algo que ustedes mismos hayan conseguido, sino que es un don de Dios" Efesios 2:9 Una persona que todavía estuviera sentado entre ese grupo compuesto por hombres con una indiferencia total por la autoridad de la Biblia y las enseñanzas del mismo Jesucristo, no había de cavilar al adoptar una nueva doctrina como esta. El hecho es que estos "feligreses" adoptaron la doctrina del sábado como se adopta a un pajarito mojado después de un aguacero. Y… como era de esperarse, ¡una cosa lleva a la otra! Ahora había que explicar qué rayos entró Jesucristo a hacer en el Lugar Santísimo y qué había estado haciendo en el Lugar Santo. La necesidad de tal explicación fue llenada por un artículo escrito no por Pablo o por Santiago, sino por un americano llamado Crosier. Según este gringo, esta obra de juicio por parte de Cristo consta de 2 partes; a saber: Desde el día de su ascensión en Lucas 24:51, y hasta el 22 de octubre de 1844, la obra de Cristo fue comparable con el ministerio diario de los sacerdotes del Antiguo Testamento. En otras palabras, el sacrificio de Cristo en la Cruz no resultó ser tan eficiente como se esperaba, porque los pecados habían sido perdonados, pero no borrados de los récords de los pecadores en los archivos del cielo. A partir del 22 de octubre de 1844 fue cuando Cristo comenzó aquella fase de su ministerio destinada a borrar (con un borrador, por supuesto), los pecados, tal y como lo hacía el Sumo Sacerdote el Día de la Expiación. Amigo mío, si usted y yo no tuvimos la suerte de nacer alrededor del 1844, usted y yo estamos feos para la foto, a no ser que … ¡creamos en estas asombrosas historietas, y nos asociemos a los Adventistas del 7mo Día! Según los adventistas, cuando Jesús le dijo al paralítico "Tus pecados te son perdonados", en Mateo 9:5, a Jesús se le olvidó decirle a ese infeliz, "Ahora tus pecados te han sido perdonados, pero cuídate mi hijito…¡que todavía no han sido borrados! ¡Buuu!" En otras palabras, Jesucristo mintió por omisión. La verdad no es la verdad si no se dice completa. Pues si Jesús sabía que los pecados de este infeliz habían sido perdonados, pero no borrados, no hacia más que mentir. Él había dicho la verdad, pero una verdad a medias. Por supuesto, esto es así según los genios adventistas. De acuerdo con las doctrinas Adventistas, Jesús ahora se encuentra sentado en un escritorio, con un borrador de esos cabezones que antes le daban a uno en la escuela, fajado borrando pecados, o quizás con un corrector de papel, o que sé yo, con una lata de pintura blanca, pintando los libros otra vez para borrar los pecados.
Un problema de colosales consecuencias se presenta: A raíz de la adopción de esta doctrina la cosa se reduce asombrosamente. Aquí aparece el primer problema del naciente Adventismo del 7mo Día: ¡La puerta estaba cerrada para todos aquellos que no eran del clan adventista! A una muchachita recién llegada al movimiento y llamada Elena, le fue especialmente mostrado (por el mismo dios que se había equivocado en sus informaciones a Miller y a Snow) una nueva visión… se le "mostró que la puerta de la misericordia se había cerrado para todos los que no habían aceptado el mensaje de 1844". Así que el mundo y la mayor parte de los que había en él se quedaron en el lado de afuera de la puerta. ¡En esa pila estamos incluidos usted y yo! Con la excepción de Elena, su esposo, sus hijos, y el grupito de Adventistas que recibieron esta información, todos los demás seres humanos estamos perdidos para siempre. ¡Qué tremenda antítesis se presenta a raíz de esta nueva revelación divina de parte del Padre para esta señora! El pobre Jesús fue enviado al mundo a decir mentiras por el mismo Padre que Elena reclamaba la había mandado a ella a decir que la "puerta de la misericordia se había cerrado para todos los que no habían aceptado el mensaje de 1844". Sin embargo, ponga atención a la siguiente cita: "Yo soy la Resurrección y la vida. El que cree en mi, aunque muera vivirá; y todo el que está vivo todavía está vivo y cree en mi, no morirá jamás" Juan 11:25 "Pero estas cosas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengan vida por medio de él" Juan 20:31. En otras palabras y según la nueva advenediza al Adventismo Post-Milerista, Jesucristo no sabía lo que estaba hablando cuando reclamaba ser la fuente de salvación en Juan 11:25, ya que ella flagrantemente declara que el pasaporte para entrar al cielo era haber "aceptado el mensaje de 1844…"¡NO EN CRISTO!. Pero las cosas se complicaron… el tiempo fue pasando y el exclusivismo, que comienza temprano en cualquier plan religioso, despegó enseguida. Se parece a la actitud de "Señor, bendíceme a mí y a mi esposa, a mi hijo Pedro y a su esposa, a nosotros cuatro, y a nadie más". La posición de la puerta cerrada nunca fue realmente aceptada ni por el mismo William Miller, pero circuló entre algunos de los rechazados. Duró oficialmente hasta después de 1850, cuando se abrió una rendijita en la puerta para que pudieran colarse los hijos de los miembros fieles, y más tarde, las esposas y esposos de los que creyeron en la fecha. (Yo debería comenzar a escribir fecha con una F mayúscula, ya que según White, "la Fecha" de 1844, ¡No Jesús!, era la llave de la Salvación.) Es asombroso ver la forma en que una mentira se extiende y ramifica y se convierte en un pulpo gigantesco que trasciende el tiempo y el espacio. Un día, reunido con un grupo de adventistas, les preguntaba: "Pues si todo esto es así, ¿Creen ustedes que los Evangélicos somos salvos?… Hubo un silencio en el salón y después de unos segundos uno de los ancianos me dijo… "Sí, pero no". Los Adventistas se refieren a "los que no son salvos." En realidad, en el concepto Adventista, tanto al comienzo como más tarde, virtualmente todo el mundo era o es no-salvo. Pero el primer desatino profético de la Sra. Elena no tardó mucho en comenzar a tener efectos nocivos y la profecía proporcionada por el mismo dios (¡el cual se equivocaba otra vez!), la de la "puerta cerrada," pronto fue abandonada porque los que perdieron el tren en 1844 comenzaron a morirse. Después, los no salvos, aún en nuestro tiempo, vinieron a ser todos los que no hubieran aceptado a Cristo. Todos los cristianos sabían esto, pero para hacerlo un poquito diferente, y quizás para añadirle encanto, el punto de vista Adventista de no-salvo vino a significar cualquiera que adorara en domingo (católico o protestante); cualquiera que fumara, masticara tabaco, bebiera, fornicara, asistiera a espectáculos públicos, o usara o comiera algo que los Adventistas no usaran o comieran - en general, cualquiera que no fuera oficialmente parte de su espectáculo. La cosa se puso tan fea que muchos de los familiares de los creyentes comenzaron a quejarse de la profetiza y hasta el esposo de Elena, James, tuvo que aclarar que podría haber una rendija en la puerta, sobre la cual Elena no tenía control. En 1851, James se sintió impulsado a publicar en el Review y Herald (el medio de comunicación adventista), un extenso editorial y decía: "Ningún escritor del Review se ha referido nunca a las visiones de Elena como autoridad sobre ningún punto. Por cinco años, el Review no ha publicado ninguna de ellas." Más tarde el esposo de la Profeta pagaría muy caro su atrevimiento al dudar de la "inspiración divina" de su esposa.
¿Cómo lograr la entrada de nuevos miembros sin desacreditar la profecía de la "puerta cerrada"? La Teoría del Juicio Investigativo es lo que se llama una espada de doble filo. Esta teoría primeramente explicaba lo que Jesús había entrado a hacer al Lugar Santísimo, mientras validaba la idoneidad de la fecha 1844. Pero por el otro lado y pensándolo bien… no era esta tierra la que había sido separada de la misericordia y estaba a punto de recibir justicia, sino todo lo contrario. Era en el cielo donde la justicia estaba siendo decidida (y la misericordia estaba todavía disponible aquí en la tierra). Este proceso, por supuesto, requería mucha contabilidad celestial, examinar los registros (usando quizás programas computarizados como Lotus), volver a registrar las obras hechas y las sin hacer, y compilar un vasto número de cifras que necesitarían mucho tiempo para ser totalizadas - de aquí la idea del tiempo de oportunidad. Además, hasta había espacio para las cosas que no habíamos hecho o pensado. Elena había escrito que "seremos tenidos como individualmente responsables por hacer una jota menos de lo que podemos hacer ... Seremos juzgados de acuerdo con lo que deberíamos haber hecho, pero que no llevamos a cabo porque no usamos nuestros poderes para glorificar a Dios... Por todo el conocimiento y la capacidad que pudimos haber obtenido y no obtuvimos, habrá una pérdida eterna". Ahí lo tienen… El Juicio Investigativo; trabajo arduo y tesonero de parte de Dios. ¡Mayor aún que los 6 días de la creación! Este trabajo lleva tanto tiempo que aun no termina, y recuerden que comenzó en 1844, y como Cristo aun esta ocupado haciendo sus quehaceres, esto aún mantiene la puerta abierta para los nuevos creyentes. En su libro "La mentira de White", el ex-pastor adventista, Walter T. Rea, nos dice que "William S. Sadler, era un médico ampliamente conocido y cirujano de su tiempo, escritor, amigo personal de Elena White, yerno de John Harvey Kellogg, el cual escribió: Analicemos una personalidad especial… La construcción psíquica de una profetiza moderna Cuando la niña Elena tenía nueve años de edad le dieron una pedrada y el golpe fue tan fuerte que la dejó un poco tarada y casi se muere. Quedó desfigurada de por vida. Ella misma dice que quedó "en un sopor" (otra palabra por sumbido en los oídos) por tres semanas. Cuando comenzó a recuperarse y vio cuán desfigurada estaba, quiso morir. Se volvió melancólica y evitaba las compañías. Dijo: "Mi sistema nervioso se postró." En su obra Testimonio para las Iglesias, Elena cuenta su primera experiencia: Descance el Mouse sobre la figura. "Estaba terriblemente asustada y solitaria, y a menudo aterrorizada por el pensamiento de estar eternamente perdida en el infierno. Pensé que la mía sería la suerte de un pecador condenado y temí perder la razón." Testimonio para las Iglesias. Elena G. White. Nota: Fíjese bien de la manera en que la misma Elena confiesa su terror ante el infierno. Ahora ya sabe por qué ella misma se encargó de eliminar la existencia del infierno de su grupo religioso. Es mejor ignorar su existencia que enfrentarse a la realidad. Esto mismo lo hizo la fundadora de los Testigos de Jehová. ¿Coincidencia? Así que aquí tenemos a una adolescente que, desde los trece hasta los diecisiete años, fue "debilucha, enfermiza, sin educación, fácil de impresionar, y anormalmente religiosa". Fue entonces que asistió por primera vez a las conferencias de Guillermo Miller en 1840 (el que puso la fecha de la venida de Cristo, en la que predecía el fin del mundo en 1843 ó 1844). Recuerden que la misma Elena admite tener un terror único por el infierno, ¡quizás porque se sentía excluida del cielo! Si yo tuviera miedo terrible del infierno y algún día formara una religión, yo también, siendo sabio, excluyera la existencia del infierno de mi religión. ¡Así cualquiera! Pero después del fraude de Miller, el rebaño se quedó sin un guía. ¡Asi para Elena este era el momento preciso! No pasaron más que unas semanas y Elenita "comenzó a tener revelaciones". Estudios posteriores de los escritos y los hallazgos de Miller muestran que sus alegadas profecías habían sido copiadas de otros anteriores a él. En otras palabras, Miller no había hecho más que plagiar ideas y convertirlas en suyas. Pero su viaje fue corto. Nació en 1805 y lo mataron en 1844. Pues como decíamos antes, debido a la muerte violenta e inesperada de Miller, se creó un vacío que debía ser llenado por alguno de sus seguidores. Es inmediatamente subsecuente a la muerte de este "profeta" que la Sra. White comienza a tener visiones y a recibir visitas de ángeles. Sin embargo, White no fue la única voz que se levantó diciendo: "Miren, aquí está el Mesías, o Miren, allí está…"Mateo 24:23. ¡No! Aparecieron varias otras voces: "Y no es de estrañar, pues aun Satanás se disfraza como un angel de luz" 2 Corintios 11:14 Mary Baker Eddy, la famosa dirigente de la secta religiosa Ciencia Cristiana, también existió durante la mayor parte de la vida de Elena. Pero el problema era que los discípulos de ambas profetizas creían que su profeta era inspirada por Dios y que sus escritos deberían ser usados para interpretar la Biblia. Además el notable Charles T. Russell, el de la Atalaya y los Testigos de Jehová, también vivió durante el tiempo de Elena. Sus seguidores coincidencialmente también creen que ellos son la única iglesia verdadera y que todas las demás son "Babilonia". Los Adventistas se adhieren a esta última parte, pero se consideran a sí mismos como la única verdadera iglesia. Una vez la Sra. Elena comenzó a alimentar la imaginación de su grupo, el cual ya estaba acostumbrado a creer en cualquier cosa que le dijeran, se convirtió rápidamente en la Líder del movimiento Adventista. Ver aquí la conclusión de este increíble artículo. Pastor Dawlin A. Ureña
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