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iones de parte de Dios. En Septiembre de 1844, Hazen Foss había recibido una visión de que el pueblo del advenimiento, con sus pruebas y persecuciones, estaba en camino hacia la Ciudad de Dios, la Nueva Jerusalén. Se le dijo que, si rehusaba transmitir el mensaje a otros, le sería dado al más débil de los hijos de Dios. Otro hombre llamado William E. Foy también había estado en contacto con el futuro, y había estado informando acerca de ello por escrito y en reuniones públicas desde algún momento en Enero de 1842. Elena había oído hablar a Foss en el Beethoven Hall en la ciudad natal de ella, Portland, Maine, cuando era niña. Elena era familia de Foy por su matrimonio con James y por supuesto, oyó acerca de las visiones Foss y de Foy.(Yo NUNCA había escuchado hablar de estos fulanos en mi vida!) Ahora el marco era perfecto, tanto para Elena como para Dios. Los dos hombres rehusaron promocionar las visiones, y a uno de ellos se le había dicho que Dios se las daría "al más débil de los débiles". ¿Y quién era más débil que Elena? A comienzos de 1842, sin tener siquiera quince años de edad, Elena tenía muchos problemas emocionales y físicos, según cuenta ella misma. En 1844, todavía tenía problemas. Su confusión emocional y física se agravó por el desengaño causado por el impulso de Miller hacia la eternidad. Con algunas dudas, a causa de su edad y su falta de experiencia, ella tomó la antorcha de las manos caídas de Foy y de Foss y se lanzó en su primera visión. Esta primera visón fue casi una copia al carbón de las visiones que Foy y Foss reclamaban que "Dios" les había dado, y era tan fiel al original que garantizaba el éxito futuro de uno de los casos más notables de "préstamos" literarios que el mundo jamás haya visto. Definición de Plagio y Plagiario: "El que roba los escritos ajenos y los hace pasar como propios... Apropiación o imitación del lenguaje, las ideas, y los pensamientos de otro autor, y su representación como si fueran la propia obra original de uno... El acto de robar obras literarias ajenas o introducir pasajes de escritos ajenos y hacerlos pasar como propios; ladrón literario." Diccionario de Webster. Por áspera que parezca, la definición caracterizaría a Elena a la edad de diecisiete años como una ladrona, y continuaría definiéndola en esos términos por el resto de su vida, con enorme ayuda y estímulo de otros. Parece un juicio muy severo. Muchos de los actuales defensores de Elena White han tratado de defenderla de esta situación proponiendo que quizás Dios tiene un modelo diferente para los profetas. Otros parecen quedar satisfechos con el pensamiento de que "todo el mundo lo hacía." Parece habérseles escapado que con esa clase de lógica, ni el cielo sería límite para la grosera conducta humana. Amigos lectores, si queda demostrado que un profeta no hace más que copiar las palabras de otros, quienes NUNCA reclamaron ser inspirados cuando escribieron lo que escribieron, entonces lo que el profeta escribió realmente no es inspirado, sino, además de un robo literario, una falsa y un grosero intento de guiar personas a creer que lo dicho por tal profeta es de Dios, por lo tanto, poniendo en juego los futuros de las almas eternas de cada uno de los que crean en la inspiración de tal profeta, en este caso y según el Diccionario Webster, no más que "un ladrón literario". Cuando yo escribo artículos como este y casi todos los demás que usted encontrará en este sitio de la Web, recurro al estudio de otros autores que antes que yo hayan escrito sobre lo que yo deseo escribir. Esto es típico en todo el que escribe. Hasta los científicos que aportan cosas nuevas a la ciencia, están siempre en busca de datos que confirmen o reten sus conclusiones. Pero todos los escritores debemos, por ley, mencionar el nombre de la obra, del autor y otras informaciones de donde estamos tomando material, texto, ideas, conceptos, etc. para elaborar nuestro trabajo. ¿Cómo debería sentirse un investigador que después de haberse pasado 12 años investigando para escribir un libro, alguien use todo su material sin darle el crédito que merece? A continuación presentaremos un cuadro donde se muestran párrafos escogidos de obras escritas por la Profetiza y otros libros de los cuales la Sra. Elena White debió haber copiado. Sin embargo, voy a dejar que sean nuestros inteligentes y difíciles de engañar lectores los que determinen si en verdad es posible que dada la similitud de las escrituras de Elena con otros autores, éstas hayan podido ser copiadas de las fuentes que presentaremos a su lado: El Espíritu de la Profecía, Tomo 2
Escenas nocturnas de la Biblia
[363] Por siete días consecutivos, Jerusalén estaba atestado de miles de fieles en Israel... Vivían en cabañas o tabernáculos de ramas verdes, construidas sobre los techos de las casas, en las calles y plazas públicas, en los patios del templo y de las casas privadas, y hacia arriba y hacia abajo en los valles y laderas más allá de los muros de la ciudad. Todo el Monte Sión... estaba tan espesamente sombreado por ramas verdes que a la distancia semejaba un bosque de palmas y pinos, de olivos y de mirtos. Siete días estaban consagrados.... El Deseado de Todas las Gentes
El gran maestro
El Deseado de Todas las Gentes
Caminos y hogares de Jesús
El Deseado de Todas las Gentes
La vida de Cristo
El misterio de la sanidad
El secreto del cristiano para una vida feliz
Mensaje a los jóvenes
La casa de nuestro padre
Mensajes seleccionados, Vol. I
Origen e Historia de los Libros de la Biblia
Por razones de espacio no colocamos aquí más de 1800 párrafos que podemos citar en los cuales queda evidenciado la grocera intención plagista de la Sra. White. De acuerdo con The Adventist Review en el otoño de 1980:
Decir que "yo vi" y expresiones similares se refieren al conocimiento y no a los orígenes celestiales del contenido de las visiones es pedirle a la gente que deje de creer lo que se le ha enseñado durante toda su vida. La obvia lectura de la expresión en su contexto lo haría a uno entender que las visiones tienen una fuente celestial. Esta explicación obliga a la gente a llegar a la conclusión de no se puede asumir la integridad de Elega G. de White… Edward Heppenstall, por largo tiempo teólogo Adventista, también nos dice:
El famoso teólogo Veltman mismo llega a las siguientes conclusiones:
La mayoría de las respuestas que el vocero de la iglesia proporciona cuando se plantean las preguntas (sobre el plagio) no son adecuadas. Además, la credibilidad de los dirigentes de la iglesia disminuye con cada nueva publicación. La iglesia es constantemente tomada por sorpresa y puesta a la defensiva. Y cada punto que la iglesia admite es "un tanto" en contra. No se quiere que otra generación pase por la agonía personal de la desilusión que estamos experimentando. Esto no es negociable…, y es difícil criticar nuestra convicción en vista de la evidencia y la historia del problema en la iglesia. Paréntesis míos. DAU.
¿Qué dice la misma Elena para defenderse de estas acusaciones? En otra ocasión Elena dijo: "Aunque yo dependo del Espíritu del Señor tanto para escribir mis visiones como para recibirlas, las palabras que empleo para describir lo que he visto son mías" Y poniéndose a sí misma y poniendo a sus escritos a un nivel más y más elevado, dijo en 1882: "Si ustedes disminuyen la confianza del pueblo de Dios en los testimonios que Él les ha enviado a través de mi, se están rebelando contra Dios tan ciertamente como lo hicieron Coré, Datán, y Abiram" Hubo una ocacion en que el hijo de la señora White, Willie White, en una carta fechada noviembre de 1912 confiesa algo asombroso con respecto a su conocimiento de la forma inescrupulosa en la que su madre copiaba sus "revelaciones" de otros autores sin el más mínimo remordimiento: "Algunas veces, cuando madre escribía los capítulos de La Gran Controversia (The Great Controversy), ella hacía una descripción parcial de un importante evento histórico, y cuando la copista que preparaba los manuscritos para la imprenta le preguntaba acerca de tiempo y lugar, Madre decía que esas cosas eran registradas por historiadores concienzudos (de los que ella había copiado), y que se insertaran las fechas usadas por esos historiadores. Otras veces, al escribir lo que se le había presentado (alegadamente en alguna de sus revelaciones), "Madre encontraba en los libros de nuestro estante descripciones tan perfectas de eventos y presentaciones de hechos y doctrinas" (de las que le habían sido inspiradas) que copiaba las palabras (literalmente) de estas autoridades" (paréntesis agregados, DAU) La mala constumbre de plagiar material literario parace que corría en la sangre de los White. Hasta el hijo de Elena White, Willie White, había hecho cambios en el manuscrito de los Testimonios a las Iglesias. ¿Cómo es posible que alguien que no tenga autoridad para cambiar sus escritos lo pueda hacer de algún modo? ¿Hasta qué punto y exactamente de qué modo son los Testimonios editados después de que han salido de su pluma, antes de cristalizar en material impreso? ¿También fue Willie White inspirado por Dios cuando hacía cambios a los escritos de su madre? Por cuestión de espacio no voy a transcribir textos de documentos por escrito en los que Willie confieza haber alterado o agregado a profecías y escrituras alegadamente inspiradas a espaldas de su madre antes de que dicha obra (s) fueran publicadas. Para cerrar… El Dr. Sadler, jefe del Manicomio y Hospital Bethany, anteriormente profesor en una escuela de medicina de postgrado en Chicago, y autor de varios libros - escribió lo siguiente en cuanto a algunos casos similares a los de la Sra. White: "Casi todas estas víctimas de trances y catalepsia nerviosa, tarde o temprano llegan a creerse mensajeros de Dios y profetas del cielo; y sin duda la mayoría de ellos son sinceros en su creencia. No entendiendo ni la fisiología ni la psicología de su dolencia, sinceramente llegan a considerar sus peculiares experiencias mentales como algo sobrenatural, mientras sus seguidores creen ciegamente cualquier cosa que ellos enseñan a causa del supuesto carácter divino de esas así llamadas revelaciones". Con la ayuda de John Milton, Alfred Edersheim, Frederic W. Farrar, Friedrich W. Krummacher, y una "fuente aparentemente inagotable de libros de donde copiar material", la protagonista del adventismo, Elena (y su dios) produjeron un cuerpo de trabajo que habría de permanecer como la piedra angular de los Adventistas hasta hoy día. Aquí solo copiamos los títulos de cada uno de los libros de los autores. Por supuesto, si es que se le puede llamar autora a Elena. Conclusión "La historia de Cristo no termina en la cruz. Continúa hasta la resurrección y la nueva vida. Da significado a nuestra vida diaria actual y una nueva esperanza más allá de la tumba. Para el individuo y las instituciones por igual, son las Buenas Nuevas - no para el futuro solamente, sino también para el aquí y el ahora. Si Dios tenía un plan para la vida de Elena White, es el mismo plan que tiene para todos nosotros - que durante nuestra existencia nosotros mismos seamos recipientes para el Evangelio, experimentemos un nuevo comienzo en Cristo Jesús, y que podamos ser instrumentos en favor de otros. Ésta fue la verdadera inspiración y revelación de Dios para Elena. Es una historia fascinante el que la Iglesia Adventista obtuviera su inicio y su énfasis en la creencia en la Segunda Venida, una creencia traída, con sus proponentes, del movimiento Milerita. Pero, de la misma manera, el Adventismo murió con esa misma doctrina. Sin la culminación del Advenimiento que habían predicho, los Adventistas se volvieron hacia dentro de sí mismos y se concentraron en demostrar que tenían razón. En vez de poner por delante un nuevo nacimiento de la conciencia espiritual para su diario vivir en la actualidad, pusieron por delante a Elena White como un velo entre ellos mismos y Dios, entre ellos mismos y una experiencia renovadora. Entre los tiempos del Antiguo Testamento y los tiempos del Nuevo Testamento se levantaba la cruz. El velo que ocultaba la cruz a los ojos y los corazones de la nación judía era su sistema de sacrificios, exacciones, y obras, tales como dietas y el sábado. Su sistema los mantenía con las espaldas encorvadas y las cabezas inclinadas, así que no podían mirar hacia arriba, a Dios y a su Hijo. Su sistema de leyes, reglamentos, teorías, y máximas había esclavizado el cuerpo, la mente, y el alma. Sus dirigentes eran más importantes que la verdad del Evangelio de Cristo. Mientras los sacerdotes del sistema se aferraban a su padre Abraham, le negaban al pueblo el acceso al verdadero Padre de la Humanidad. Un sistema llega a su etapa de caducidad cuando interpone un velo de salvación por obras, a través de algún intermediario, entre el hombre necesitado y un Dios que espera. Ese velo les impide una comunicación directa. Así habría de ser con la Iglesia Adventista también. Cristo no vino en 1844. Pero el grupo que lo esperaba no pudo resignarse a confesar su error, el principio de todos los principios. A las equivocaciones se les llamó "errores de cálculo." Al extremismo se le llamó celo. Los escritos de Elena White se convirtieron en "la palabra de Dios." Así, Elena se convirtió en el velo que ocultó a Cristo a los ojos del pueblo. Si los administradores, los teólogos, los supervendedores de su sistema hubiesen pasado más allá del velo que ellos mismos habían creado, Elena G. White, seguramente habrían encontrado al Cristo que profesaban estar buscando. No fue la creencia en el Cristo objetivo histórico (que no vino en 1844) lo que habría de destruir la efectividad de ellos. Fue la no-aceptación del Cristo subjetivo en el modo de vivir lo que ellos desperdiciaron. La ironía del movimiento adventista parece ser que, al usar a Elena White para realinear la historia y dar al futuro una vívida imaginación, los dirigentes mataron, para la mayoría de sus miembros, al Cristo del presente. En tiempos pasados, Dios rasgó el velo del antiguo servicio y abolió el sistema entero de sacrificios. Esa rasgadura pronto fue reparada por los sacerdotes para poder continuar controlando al pueblo que representaban. El humo de sus sacrificios continuó subiendo, lenta y tristemente, hacia el cielo. De acuerdo con un escritor: Subía en vano. Y el sumo sacerdote todavía entraba al lugar santísimo cada año y rociaba la sangre sobre el propiciatorio. Y sin embargo, esa sangre apelaba a Dios en vano. Porque "Cristo, nuestra Pascua, ya fue sacrificada por nosotros." (I Cor. 5:7). Por fin, Dios, con ira justa, borró el sistema de imitación entero, con la destrucción de Jerusalén por Tito, cuando el templo fue quemado y los sacrificios judíos fueron abandonados para siempre. Uno puede esperar que los administradores y los supervendedores del sistema Adventista del Séptimo Día todavía pueden aprender una lección del pasado - que estén dispuestos a unirse al pueblo verdaderamente cristiano y pasar juntos más allá del velo de Elena G. White. Si tienen el valor de hacer esto, todavía pueden encontrar al Cristo que eludió a los Mileritas y cuya demora tanto atormentó a los primeros creyentes Adventistas. Pero, para hacer esto, deben darse cuenta de que… El propósito y la única meta sobresaliente de Satanás es derrotar el plan y el propósito de Dios para la salvación del hombre. Satanás está completamente familiarizado con el hecho de que el único remedio para el pecado es la obra expiatoria de Cristo, y es consciente del hecho de que, no importa cuán hermoso pueda ser un sistema religioso, es absolutamente inútil como poder salvador si la obra expiatoria de Cristo es eliminada de su enseñanza. Por lo tanto, su plan para engañar a la gente es presentarles religiones que reconozcan a Dios, exhorten al hombre a ser bueno, amable, y dulce, y asocien esas creencias a ceremonias que apelen a la imaginación, pero que no sirven de nada a causa del descuido y la ausencia de un reconocimiento de Cristo Jesús, el Salvador, y su obra redentora en el Calvario. Elena White misma no ponía su fe en una religión moral que consistía de reglas y reglamentos, condescendencias, y ajustes a las costumbres. En su antología Lecciones Objetivas de Cristo (Christ´s Object Lessons), ella dijo: Muchos de los que se llaman a sí mismos cristianos son meros moralistas humanos. Han rehusado el único don que puede capacitarles para honrar a Cristo representándolo ante el mundo... Esta túnica, tejida en el telar del cielo, no tiene ni un sólo hilo de hechura humana. Cristo, en su humanidad, desarrolló un carácter perfecto, y ofrece impartirnos ese carácter. "Todas nuestras justicias son como trapo de inmundicia." Isa. 64:6. 4 Si en verdad la iglesia puede volverse del cultismo (descentrar la autoridad de sobre Elena White) y si todos, miembros y dirigentes por igual, pueden hacer de Cristo su centro, del Hijo de Dios su dirigente, puede tener lugar un cambio radical en el énfasis. Entonces Cristo podría ser visto adecuadamente en las vidas y en las enseñanzas de los Adventistas. Si no, entonces el Adventismo habrá dado una respuesta negativa a la pregunta que William Irvine hizo hace como sesenta años: Todas las vestimentas y atavíos del ceremonialismo, todo lo que gratifica en una religión sensual, todas estas cosas son obstáculos fabricados por el hombre, que tienden a distraer al adorador y apartarlo de Aquél a quien se adora, y de esta manera estorbar aquella comunión libre y espiritual del creyente más humilde con Dios mismo, a la cual somos invitados aquí por el Espíritu. ¿No deberíamos "obedecer a Dios antes que a los hombres?" (Hechos 5:29). 6
FUENTES CONSULTADAS PARA LA PREPARACIÓN DE ESTE ARTÍCULO
Casi todas las informaciones para la preparación de este artículo fueron tomadas siguiendo las directrices trazadas por el ex-pastor adventista Walter T. Rea en su libro La Mentira Blanca (The White Lie ). En numerosas ocasiones simplemente transcribimos el texto de su libro, ¡no lo robamos!, ya que reconocemos en varias ocasiones que él Walter Rea, es el autor. Además, Walter graciosamente ha colocado su obra gratuitamente en el Internet para que todo el que desee enterarse de la Farsa de que él se enteró pueda hacerlo. Visitar El sitio de Elena G. de White para una copia completa de este libro y más información al respecto.
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